Capitulo 1: Atraco a el tiempo

Hoy es otro día en mi vida como cajera del Banco del Tiempo. Me despierto temprano, lista para enfrentar las largas filas y ayudar a las personas a intercambiar su tiempo de vida por servicios y experiencias. Me pongo mi uniforme y salgo de casa con entusiasmo.

Al llegar al banco, me encuentro con mi compañero de trabajo, Carlos. Nos saludamos y nos preparamos para el día que tenemos por delante.

Evelyn: Buenos días, Carlos. ¿Cómo ha sido la mañana hasta ahora?

Carlos: Buenos días, Evelyn. Ha sido bastante movida. Parece que hay muchas personas que necesitan hacer intercambios importantes.

Evelyn: Sí, el tiempo es un recurso valioso para todos. Estoy lista para ayudar a quienes lo necesiten.

En ese momento, se acerca una mujer llamada María al mostrador con una expresión preocupada en su rostro.

María: Buenos días, señorita. Necesito tiempo extra para poder cuidar de mi madre enferma. Quisiera poder estar más tiempo a su lado.

Evelyn: Comprendo tu situación, María. Permíteme revisar tu cuenta y ver qué opciones tenemos disponibles para ti.

Mientras proceso la solicitud de María, puedo ver su alivio al saber que puede obtener el tiempo necesario para dedicarlo a su madre. Finalmente, le entrego su comprobante y le brindo algunas palabras de aliento.

Evelyn: Aquí tiene. Espero que esto te ayude a estar más cerca de tu madre. Mucho ánimo.

María: Muchas gracias, señorita. Tu ayuda significa mucho para mí y para mi familia.

Después de atender a María, llega un hombre de mediana edad llamado Alejandro al mostrador.

Alejandro: Buenos días. Necesito intercambiar algunas horas para poder llevar a mi hijo al médico. ¿Puedes ayudarme?

Evelyn: Claro, Señor. Déjeme revisar tu cuenta y ver qué podemos hacer por ti y tu hijo.

Mientras reviso el sistema, Alejandro me explica la situación médica de su hijo y la importancia de llevarlo a la consulta. Juntos encontramos la solución adecuada y le asigno las horas necesarias.

Evelyn: Aquí tiene. Espero que el médico pueda ayudar a tu hijo y que todo salga bien.

Alejandro: Muchas gracias. Tu apoyo en momentos como estos es invaluable.

A medida que transcurre el día, atiendo a más personas, desde estudiantes que necesitan tiempo extra para estudiar hasta adultos mayores que buscan tiempo de calidad con sus seres queridos. Cada historia y solicitud es única, y me siento agradecida por poder ayudar a equilibrar el tiempo de vida de las personas.

Sin embargo, la normalidad se ve interrumpida cuando un grupo de individuos entra de manera abrupta al banco. Sus rostros están cubiertos y llevan armas, es evidente que están planeando algo peligroso.

Evelyn: ¡Todos, manténganse calmados y sigan mis instrucciones! Trataremos de resolver esto de la mejor manera posible.

El grupo de asaltantes se hace llamar "Los Sombras", y su líder, un hombre imponente y enigmático, se hace llamar "El Fantasma".

El Fantasma: Bienvenidos al Banco del Tiempo, damas y caballeros. Como podrán imaginar, estamos aquí por una razón muy específica. No queremos causar daño a nadie, solo queremos llevarnos lo que nos pertenece.

Evelyn: ¿Y qué es lo que creen que les pertenece? Nuestro objetivo es asegurar que los intercambios de tiempo de vida se realicen de manera justa y segura.

El Fantasma: Oh, no te hagas la inocente. Sabemos de los privilegios y abusos que ocurren en este banco. No descansaremos hasta que se haga justicia.

Evelyn: Entiendo que puedan tener preocupaciones, pero hay formas pacíficas de resolver esto. Podemos buscar un diálogo y encontrar una solución que beneficie a todos.

El Fantasma: No hay tiempo para el diálogo. Ha llegado el momento de tomar medidas drásticas.

Mientras los asaltantes se mueven por el banco, mi equipo y yo nos mantenemos firmes, buscando la manera de proteger a los clientes y mantener la calma en medio del caos.

Evelyn: (susurrando a mi equipo) Permanezcan alerta y sigan mis instrucciones. Nuestra prioridad es la seguridad de los clientes y de nosotros mismos.

Jorge: (otro miembro del equipo) Evelyn, ¿crees que podamos llegar a un acuerdo con ellos? No quiero que nadie salga lastimado.

Evelyn: Es lo que espero, Jorge. Debemos mantener la esperanza y hacer todo lo posible para evitar la violencia.

Mientras los minutos se vuelven eternos, intentamos mantener la calma y encontrar una solución pacífica en medio del enfrentamiento con Los Sombras. Nuestro objetivo es salir de esta situación de la mejor manera posible y proteger a aquellos que confiaron en nosotros para administrar su tiempo de vida.

En medio del caos, aprovecho un descuido de los atracadores y me escabullo hacia el botón de emergencia. Con un movimiento rápido, lo presiono, alertando a todo el banco y activando las medidas de seguridad. Las luces parpadean y suena una alarma ensordecedora.

Evelyn: ¡Atención! ¡Código de emergencia activado! Manténganse en calma y busquen un lugar seguro.

Los clientes y miembros del personal se apresuran a buscar refugio, tratando de alejarse de la confrontación. Sin embargo, antes de que pueda reunirme con mis compañeros, uno de los subordinados de El Fantasma me descubre.

Subordinado: ¡Eh, tú! ¡Detente!

Mis piernas se mueven rápidamente mientras intento escapar de su alcance. Sin embargo, una bala alcanza mi pierna izquierda, causándome un intenso dolor y haciéndome caer al suelo. Grito de dolor mientras intento mantener la compostura.

Evelyn: ¡Ahh! ¡Maldito!

El Fantasma, al percatarse de lo que sucede, se enfurece al ver a su subordinado disparándome. En un instante de ira, levanta su arma y dispara directamente a su propio subordinado, quien cae al suelo sin vida.

El Fantasma: ¡Incompetente! ¡No tenías por qué dispararle!

El dolor en mi pierna era abrumador, envolviéndome en un torrente de sufrimiento insoportable. Mis fuerzas comenzaron a desvanecerse, y sentí cómo la oscuridad se apoderaba de mi conciencia. Sin embargo, entre los latidos acelerados de mi corazón, logré captar las palabras urgentes de El Fantasma, el líder de los atracadores.