La visita de mi viejo

Mis padres se habían separado cuando yo era chico, mi madre ya había fallecido hacía tres años, dejándome de herencia, más que trescientos libros, de todo tipo de temática, con ellos había decidido empezar la tienda. Mi viejo se había ido de casa hacía mucho, vivía con su nueva esposa, pero hoy era su día de visita.

Lo veo llegar con su auto, estacionando en frente del local. –Hola Juan me dice- Hola pá, espérame que cierro el local y salimos a tomar algo- Me ayuda a guardar los libros que estaban exigidos en la mesa de la vereda, entro el cartel, y ya estábamos listos para tomar algo. Fuimos al Patio de la madera, ya que habían puesto unos locales muy buenos, ahí charlamos, le conté de Camila, y se sorprendió, -tal vez puedan volver- dijo, -no creo pá…, prefiero estar otra vez solo, ya me parece que no voy a conseguir a mas nadie.- No digas eso, ya alguien va aparecer, vos no te desesperes, ahora, reacomoda tus ideas, recupera tus espacios, y no los cedas la próxima vez, ya que es bueno tener cada uno su propio espacio, eso es una causa de separación cuando se meten en tus oasis- Él siempre tan psicológico, pero tenía razón, había pasado eso, me manejaba todo, y encima de mal humor, no daba para más, me asfixió.

-Siempre te dije que alquiles ese local, pero nunca me hiciste caso, si te vas a meter en el rubro de librerías, deberías de empaparte de todo lo que conlleva, ir a ferias del libro, recorrer otras librerías preguntando precios y si te hacen descuento, hacer panfletos, poner carteles, hay que moverse ahora amigo, por lo menos para llegar a lo que daría como alquiler- Me dice…

-Tenes razón pá debo moverme, tendría que averiguar eventos sobre lectura, firma de libros, ferias del libro, y cosas por el estilo, gracias por el consejo.

-Bueno hijo, ya se hizo tarde, es mejor que me vaya, nos vemos la semana que viene, acá tenes los quinientos cincuenta de cada semana, tal vez un día no los necesites, pero ahora sí. – Gracias pa-