Estrella Diez

Situación: Decorar la casa.

Personajes: Aizawa Shota/Eraser Head y Emi Fukukado/Miss Joke.

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31 navidades. Había vivido exactamente 31 navidades desde que nació. Contando la primera antes de su propio cumpleaños, aunque realmente no recordaba absolutamente nada.

La casa se mantenía tan aburrida como el resto del año, sin decoraciones ni distintivos de la temporada. Las reuniones familiares —que tanto odiaba— nunca eran en su hogar. Lo máximo que hacían en su familia era comprar un árbol e ir a las fiestas, en las cuales, Aizawa simplemente se quedaba sentado en un rincón haciendo cosas más entretenidas que pasar tiempo con los demás.

31 navidades.

Al independizarse se vió forzado a tener que asistir a posadas y otros eventos, pero su casa se había vuelto más vacía aún, pues ni siquiera se molestaba en comprar un árbol, o poner algún adorno en la puerta, ni siquiera una campanilla. No le veía sentido a arreglar un lugar en el que a final de cuentas no iba a estar, pues siempre tenía cosas que hacer, y lugares a donde ir.

31 navidades.

Los suéteres de temporada eran tan innecesarios como los adornos. Las bebidas calientes no eran perseguidas. Las cenas especiales simplemente las recalentaba, si es que se llevaba algo de ellas a casa. El frío simplemente era un estado climático. Diciembre sólo era otro mes. La nieve era tratada con la misma indiferencia que un día soleado. La navidad sólo era una fecha, una fecha que había soportado toda su vida.

31 navidades.

Y entonces conoció a Emi Fukukado, la mujer que por tanto tiempo le había molestado con su risa, de repente se había metido en su vida, como una intrusa, y lo arrastró al mundo real. Haciendo que una relación entre ellos fuera el puente al mundo exterior, ese del que tanto se había escapado. Mostrándole que todo podía estar lleno de color, de humor, de todo lo que él evitaba ser llenado, y entonces le gustó sentirse dichoso.

31 navidades.

Y entonces decidieron que debían vivir juntos, y entonces entendió lo que significaba poner un árbol de navidad, incluso si no era en tu casa la reunión. Las luces navideñas en las casas, lo bueno de ellas no era verlas brillar, sino el ponerlas. Las botas navideñas sobre la chimenea, incluso si sabías que no llegaría un sujeto barbón a poner dulces en ella, era más dulce ver que estaban ahí. La nieve tomó forma y cuerpo de un hombre, de un angel, y originó una guerra en la que nunca antes se vió involucrado.

31 navidades. Había vivido ya 31 navidades. Sin embargo, era la primera vez, que realmente se sentía que estaba ansioso por esa fecha. Era la primera vez que decoraba la casa. Era la primera vez que se sentía bienvenido en su propia casa, y sentía que era la primera vez que celebraba navidad.

1 navidad.

1 navidad a su lado fue suficiente, para que todas las demás dejaran de importar.

1 navidad a su lado fue suficiente, para que las que estaban por venir fueran importantes.