Experimento Némesis

Prefacio

—No vengan a insistir. ―Les advirtió. —No pienso enamorarme.

―Tranquilo guapo. ―Tristán le tiró un beso. ―Solamente queríamos darte esto. ―Le tendió un papel. ―Si deseas recordar lo que viviste con Glenda, podremos ir al laboratorio y hacértelo recordar. ―Vaden endureció el gesto.

―¿Para qué querría yo recordar eso? 

Y fue así como los deseos de recordar aquella noche tomó más fuerza. Recordar a la mujer que lo hizo sentir fue su perdición a pesar de que ella ya estaba muerta.

***

10 años atrás 

—¿Por qué me miras de esa manera? ―Vaden sonrió un poco más.

―¿No puedo admirar a una bella y loca mujer como tú? ―Quizás era el alcohol lo que estaba actuando por él, pero esa mujer de piel trigueña, ojos oscuros y realmente hermosa, lo deja anonadado por su manera loca y despreocupada de ser.

―Lo aceptaría ―Glenda miró a su amiga, la noche se ha salido de control. ―Pero mear, es más importante que conocerte. ―Glenda soltó una carcajada al escuchar a Pandora, desde luego todo estaba fuera de control, su amigo no solía ser tan toca pelotas.

―Jesús Bendito. ―Un ebrio, Víctor, se puso en pie. ―Esta noche promete y ustedes me van a disculpar. ―Los miró tambaleando. ―Pero ninguno me dará lo que él me dará a mí. ―Glenda miró a su amigo marcharse con un pibón alto y suculento.

―Nos han dejado solos. ―Vaden se puso en pie. ―¿Te atreverías a cometer algunos delitos menores? ―Glenda, que siempre había sido loca y que jamás se negaba a meterse en problemas, tomó la mano del hombre alto, pelo negro, ojos azules y físico de un Dios.

―Jamás me perdería de esto. ―Ambos salieron del antro sin mirar atrás, están ebrios, son felices y no les importa más nada que llegar a un lugar donde nadie los interrumpa.

A Vaden no le importó desviar la mirada del camino para apreciar a la mujer que canta y baila a su lado, no le interesó mirarla de más y apreciarla otro poco. Ella es libre, no le importa lo que pase a su alrededor y jamás cuestiona los métodos que utiliza para ser feliz. Ella busca esa felicidad sin importar que los demás la señalen o la juzguen.

―¿Qué tanto pasaste para ser como eres? ―Glenda dejó de cantar y lo miró con una sonrisa en los labios, la mayoría de las personas le preguntan que como puede ser tan feliz.

―Cuando naces en una familia poco común, tienes dos salidas, perderte en el mal camino, o ser feliz. ―Vaden sonrió con admiración. ―Oh, mira, para aquí. ―Vaden se aparcó y ella no tardó en salir del coche. ―Vamos a bañarnos en esta piscina. ―Vaden la miró con incredulidad.

―Los dueños deben estar en casa. ―La detuvo por el brazo. ―En mi casa tengo jacuzzi, ¿Por qué no vamos ahí? ―Glenda se soltó de él e inició a desvestirse.

―Vamos, esto será divertido. ―Vaden mordió sus labios y tras mirar para todos lados, negó y la siguió al interior de la residencia.

―Nos vamos a meter en un problema. ―Inició a desnudarse. ―Estás realmente loca. ―Glenda, que soltó una carcajada, saltó a la piscina y Vaden no tardó en seguirla.

―¡Esto es realmente divertido! ―Carcajeó huyendo de él, pero no fue muy lejos, Vaden la alcanzó. ―No me mires de esa manera, podría confundir las cosas.

―Bueno, puedo aclarártelo todo. ―Sin esperar un segundo más, besó sus labios.

―La borrachera me está haciendo disfrutar esto mucho más de lo que debería. ―Se enrolló en su cuerpo. ―Eres extremadamente sexy señor Newman, eso me gusta. ―Vaden realmente excitado, la apretó más a su cuerpo.

―Y eso que no he sacado mis encantos. ―Las luces encendiéndose los alertó,

―¡Hay que irnos! ―Glenda se apresuró a salir de la piscina. ―Vamos, corre. ―Chilló tomando su ropa, Vaden no tardó en alcanzarla. ―Corre, hay que salir de aquí. ―Carcajeó divertida.

―Sube, sube. ―Vaden le abrió la puerta del auto. ―Dios mío, ¡Voy a conducir en bóxer! ―Aceleró sin salir de su incredulidad. ―Esto es una locura. ―Carcajeó finalmente acompañando a la loca mujer a su lado.

Besos candentes, caricias sugerentes, jadeos incesantes y un calor intenso fueron los fuertes de ese encuentro. Glenda se dejó llevar por el hombre que la está poniendo a chillar y él se dejó llevar por esa mujer que sin duda no estaba bien de la cabeza, pero que lo pone a disfrutar como nunca.”

***

Actualidad 

―¿Estás bien? ―Stella inició a quitarle el casco. ―Me preocupé por ti, llevabas ya cuatro horas dormido. ―Vaden se sentó con un ligero dolor de cabeza.

―Estoy bien. ―La tranquilizó. ―Jamás había conocido a una mujer tan loca y feliz como ella. ―La miró a los ojos. ―Lo que me hizo tomar la decisión de intentar algo con ella fue su sentido de la libertad, ella me hizo sentir invencible. ―Suspiró. ―Necesito un trago. ―Stella apagó todo y lo siguió en silencio, no quiere preguntar nada, lo vio todo en las imágenes.

―Esa mujer se aprovechó de ti. ―Fue inevitable para ella guardarse esa broma. ―Te dieron para llevar, amigo, ¿Cómo no ibas a querer estar con ella? ―Vaden finalmente carcajeó.

―Sabía que estarías de fisgona. ―Ambos montaron al auto. ―Glenda… ―Susurró el nombre de la mujer que en solo horas le hizo vivir cosas intensas. ―Tristán y Pandora se las ingeniaron. ―Stella alzó las cejas.

―¿Ya te vas a enamorar de la primera mujer que se te cruce en el camino? ―Vaden ladeó la sonrisa.

―Claro que no, nada me hará cambiar de opinión. Yo dije que si la encontraba me casaba, pero lamentablemente murió. ―La miró de reojo. ―Tú y yo tenemos mucho que experimentar, no lo olvides. ―Aceleró para llegar al bar más rápido.

Cervezas, karaoke, baile y coqueteo. Vaden y Stella se divierten sin límites celebrando la felicidad de sus amigos y la llegada de la bebé. Ellos no se limitaron a la hora de hacerles caritas a las mujeres y sugerir lo que deseaban con ellas.




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