Febrero

CAPITULO 4

Tengo dos semanas con mi nuevo jefe, y estoy más que feliz por eso. Braulio es un gran jefe, en verdad que lo es. No puedo creer que me dieran un auto, el mío. La verdad ya me dejaba tirada varias veces en la semana. El nuevo contrato que firmé hace dos semanas casi hace que me desmaye. El sueldo es el doble, el horario laboral es el mismo que el de Braulio, tengo más días de vacaciones. Corrección, tengo los días que correspondían, porque Catalina nunca me respetaba las vacaciones.

Catalina ha intentado hablar conmigo, pero ahora que no es mi jefa, puedo ignorarla. Al principio tenía ganas de gritarle por meterse con mi novio, exnovio ahora. Pero me di cuenta de que no valía la pena. Liam está fuera de mi vida, ahora no vale la pena perder mi tiempo, como dice Braulio, es mejor que ellos sientan vergüenza por lo que hicieron y no yo.

También tengo un lugar exclusivo en el estacionamiento, que es una maravilla, bajo de mi nuevo coche. Como siempre Liam está esperándome para a rogarme, no se cansa de hacerlo, cambie mi número de celular y pedí que nadie le diera mi número, tofos saben que terminamos, pero no saben la razón, el único que sabe es Thiago y por qué la verdad no sé por qué se lo he dicho, pero confió en que no dirá nada.

—Cariño, por favor, hablemos. Si quieres, renuncio y no volveré a ver a Catalina.

—Haz lo que quieras, Liam, lo que hagas o dejes de hacer no es problema mío.

—Me equivoqué, Mavie, solo déjame enmendar este grandísimo error. Yo ya terminé con Catalina, te lo juro.

—Vete a la mierda, Liam, y no me vuelvas a hablar.

—Buenos días, Mavie —la voz de Braulio me sorprende.

—Buenos días —digo.

—¿Está todo bien?

—Sí —contestó.

Braulio mira a Liam y Liam a él.

—Entonces entremos, hoy tenemos mucho trabajo.

Camino junto a Braulio.

—¿A qué hora empezara las grabaciones hoy?

—A las diez de la mañana.

—Tendré tiempo de ir a recoger a mi hija al aeropuerto después de las grabaciones, después de mucho tiempo estaré en una grabación.

—Yo también, nunca me había tocado una, siempre estaba en la oficina de Catalina.

Subimos al elevador, le pico al número 7.

—Debes estar feliz porque por fin tu hija vendrá a vivir contigo.

—Sí, estoy feliz. Molly logró que sus maestras la evaluaran por exámenes y a sí venir antes. Estará conmigo en mi cumpleaños.

—Me alegro por ti.

Llegamos a nuestra área de trabajo, mi escritorio ahora es el doble del que tenía antes, tengo una laptop nueva, una silla de lo más cómoda. Estoy en el cielo.

—Estaré en mi oficina, no me pases llamadas, por favor.

—Está bien, jefe.

Hoy no tenemos mucho que hacer, más que las grabaciones. Tengo que ir al set para checar que todo vaya bien antes de empezar, Braulio me lo pidió. Azul Betancourt y Andrés Gil, son los principales en el comercial, seguro que ambos ya están aquí, ya que necesitan pasar por maquillaje y vestuario. Ordeno algunas citas para Braulio la próxima semana.

—Buenos días, Mavie ¿Está Braulio?

—Buenos días, Thiago, sí está.

—Ven conmigo, tenemos un problema.

—¿Qué pasa?

—Braulio —Thiago entra a la oficina.

—Buenos días, Thiago, ¿qué pasa?

—No tenemos actores, eso es lo que pasa.

—¡¿Qué?! —decimos al mismo tiempo.

—Azul ayer comió camarones y se intoxicó y Andrés amaneció con gripa y tos, nos mandó un audio, se escucha fatal. Azul está en el hospital.

—¿Podemos buscar otros actores? —digo.

—Ya tenemos todo listo, además es imposible sin contrato. Si cancelamos perderemos mucho, aparte que la marca ya viene para acá.

—Puedo buscar alguna actriz dispuesta a trabajar sin contrato. Catalina tiene las listas de todos los modelos y actrices. Podemos intentarlo.

—Tengo una idea —dice Thiago.

—Ustedes, son perfectos.

—No ni lo pienses, Thiago.

—¿Por qué no? Si no me equivoco, Mavie trae puesto el perfume ya. Tiene carisma, baila y es hermosa, lo digo con mucho respeto, Mavie.

—No, Thiago, no quiero hacer eso, qué vergüenza.

—Braulio también lo hará. ¿Verdad, Braulio?

—Estás loco. Voy a cancelar todo, buscaremos con calma a otros actores, hablaré con la marca personalmente.

Los de la marca han llegado, estamos esperándolos para informarles lo que pasó con los actores.

—Bienvenidos —digo.

Las tres chicas me saludan amistosamente, son muy lindas.

—Pasen, por favor. —Las invito a pasar.

—Braulio, ellas son Juliette, Macaren y Rosmerie son las dueñas de las marcas, no las conocías personalmente.

Las chicas saludan a Thiago y a Braulio.

—Les tenemos malas noticias, señoritas, por desgracias debemos posponer el rodaje, ya que nuestros actores se han enfermado, y no pueden grabar. Lo sentimos mucho en verdad.

—¿Hay algo que se pueda hacer? —pregunta Juliette.

—No — responde Braulio.

—De hecho, si hay algo, Mavie y Braulio pueden hacerlo, pero son un poco tímidos.

—¿Quién es Mavie?

—Ella —Thiago me señala

Yo le doy una mirada reprobatoria. El muy ingrato sabe que si ellas me lo piden, no voy a poder negarme, porque me conoce.

—Eres perfecta, y tú también. Tus ojos de diferente color creo que será un plus, no nos molesta el cambio.

—Nos permiten un momento —Braulio y yo salimos al pequeño balcón de su oficina.

—Si no quieres hacerlo, no lo haremos, no quiero que hagas nada de lo que no te sientas a gusto.

—¿Tú lo harás? —le pregunté.

—No quiero, pero si ellas están dispuestas a aceptar el cambio, lo haré, solo si tú quieras, claro.

—No sé si puedo hacerlo, no sé nada de actuación, y no me siento tan bonita como esas modelos

—Podemos intentarlo, yo tampoco se nada, regularmente estoy atrás de las cámaras, no adelante. Y no digas que no te sientes bonita, lo estás. Hasta borracha estabas muy bonita

—No me recuerdes ese día, quiero olvidarlo para siempre.




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