Hada Madrina

Capítulo 2

—Buen chiste. — hice una mueca que intentó ser una sonrisa, y volví a centrarme en mis números.

—Hablo en serio, pequeña. De todas las candidatas, tú vas a ser la que se lo lleve. — levanté la cabeza y enfrenté su mirada.

—Si no le importa, tengo que terminar este balance. — la mujer sonrió con superioridad, al tiempo que su mano empezó a acariciar el lomo de su miniatura de perro. ¿Saben esa imagen del villano acariciando a un gato sobre su regazo? Pues era más o menos lo que tenía delante en ese momento. Me recorrió un escalofrío tonto por toda la espalda.

—¿Y si yo te dijera que puedo hacer que lo hagas? — ese fue el momento en que me senté erguida, recosté mi espalda en el respaldo de mi silla y sonreí de la misma manera que ella. ¿Quería jugar?, pues que comienzase la partida.

—Supongamos que la creo y aceptara su ofrecimiento. ¿Qué haría?, ¿algún conjuro o hechizo mágico?, ¿hondearía su varita mágica sobre mi cabeza? Tengo curiosidad. — ella siguió acariciando rítmicamente a su mini can, al tiempo que hizo rodar sus ojos.

—Magia. Eso está bien si quieres escribir un libro. Yo te hablo de otra cosa. —

—Ilústreme. — su sonrisa me dijo que habíamos llegado al punto que ella pretendía.

—Ya que eres una persona de cifras, intentaré explicártelo de una manera… ummm, comercial. —

—¿Comercial? —

—Veamos. Estamos en pleno siglo XXI, la mujer ha conseguido alcanzar algunos puestos importantes en las grandes compañías, han demostrado que pueden ser igual de capaces que los hombres, aunque todavía nos quede conseguir la igualdad salarial. —

—No sé dónde quiere llegar a parar, pero de momento me gusta su forma de pensar. —

—Hay muchos hombres que se sienten intimidados por ese tipo de mujeres, pero a los hombres como mi nieto no le asustan. Le gustan los retos, los desafíos, y tú puedes convertirte en el mayor de todos. —

—Genial, ahora solo tengo que encontrar un trabajo donde cobre un buen sueldo, pueda ascender rápidamente, tenga una gran responsabilidad y tome decisiones. —

—Tranquila, querida, vas muy deprisa. —

—Lo siento, me emocioné. Continúe por favor. —  ella sonrió divertida.

—Bien. Para conseguir a Dave, tienes que ofrecerle algo que no pueda darle nadie más, tienes que ser LA MUJER, no una más. Tú ya tienes una personalidad que le encantaría, pero reconozcámoslo, tener el mejor producto no significa que triunfes en el mercado. Necesitas presentarlo en un buen envase, crear una buena campaña publicitaria, hacer que el público desee comprarte, y cuando lo haga, la calidad del producto conseguirá la fidelidad del comprador. —

—Espere, espere. Me he perdido con esa mezcla. Recapitulemos. Según usted, tengo que ofrecer algo único, ser algo que él quiera comprar y luego conseguir su fidelidad. —

—Sí, lo has mezclado todo. Empezaremos por lo principal. — en fin, me había atrapado. Ahora no podría irme de allí sin saber en qué consistía su plan para hacerme irresistible para Dave.

—De acuerdo. — me crucé de brazos y me dispuse a escuchar.

—Tienes la personalidad, la inteligencia y el carácter, aunque tengamos que trabajar un poco más en lo que respecta a tu seguridad. Pero eso será fácil, porque el exterior y la confianza en uno mismo se encarga de eso. - ¡Ah, porras!, me iba a proponer un...

—¿Un cambio de imagen? — ella sonrió complacida.

—Sí, pero no solo va a ser un cambio de ropa y de maquillaje, pequeña. Vamos a hacerte una imagen nueva, pero una con la que te sientas cómoda. Tienes que ser tú, pero... creo que Dave dice eso de una versión mejorada, una 2.0. — eso sonaba demasiado moderno en labios de una mujer tan mayor.

—¿Piensa tunearme? — ya puestos, seguro que también entendía esa palabra. Ella se golpeó los labios con el dedo índice, mientras entrecerraba sus ojos de forma pensativa.

—Umm, tunear un coche es hacerle más llamativo. No es lo que buscamos. No queremos que llames la atención, sino que te deseen, como un Ferrari, un Lamborghini. —

—Un coche que te hace girar la cabeza cuando pasa, seas hombre, mujer o niño. — ya estaba cogiéndole el hilo a esto.

—Un deportivo, una imagen de marca, calidad, elitismo. Todo eso es lo que tenemos que conseguir contigo. — ladeé la cabeza hacia ella.

—Eso suena a caro. — uno de esos coches no estaba al alcance de cualquiera.

—Dinero, tiempo y trabajo. Grandes cantidades de las tres cosas, pero yo estoy dispuesta a colaborar con la primera si tu pones el resto. — sopesé la oferta.

—Como un mecenazgo. — su mano acarició la cabeza del perro otra vez.

—Creo que me gusta más la palabra amadrinamiento. Bueno, ¿Cuál es tu respuesta? - era una decisión importante. ¿Merecía el esfuerzo acometer ese tipo de empresa? ¿el premio valdría la pena?




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