capitulo 17.- investigando

Al día siguiente me pongo manos a la obra pregunto por la biblioteca más antigua llego y me paso horas y horas leyendo pero nada hasta que se me acerca una anciana y me comenta que hay una biblioteca aún más antigua que se encuentra en las profundidades de un bosque sin pensarlo demasiado me dirijo al bosque siguiendo la pista que me dio la anciana horas de búsqueda me tomo pero al fin llegue se ve en ruinas camino en sus inmediaciones hasta que llegó a unos estantes polvorientos donde se encuentran muchos libros antiguos entre ellos había uno en particular que me llamó la atención estaba más polvoriento que los demás e incluso lleno de telas de arañas lo limpie con sumo cuidado y me senté en el suelo, a medida que hojeaba las páginas gastadas del libro más confundida estaba hasta que llegue a una hoja en particular no lo podía creer mi dedo pasaba y pasaba por aquella información sentí mi cuerpo, mi sangre se helarse un hechizo... un hechizo muy peligroso un hechizo de olvido pero quien y por que en su sano juicio se atrevería a hacer algo así debe ser alguien muy poderoso, se me llenaron los ojos de lágrimas al comprender que mi Leorio no recordaba su vida anterior no me recordaba ni recordaba lo que habíamos vivido es un hechizo demasiado peligroso y oscuro pues no solo borraba los recuerdos sobre el sujeto si no que si no se rompe poco a poco olvidará cosas tan simples como respirar debo averiguar cómo romperlo quien lo hizo y porque tengo una idea de quién pero sin pruebas no puedo hacer nada desesperada recurro al alfa, me acerco rápidamente a su oficina y anuncio a un guardia que quiero hablar con el alfa Nolan que es urgente de vida o muerte al reunirnos él me dice hable con su voz grave de Alfa y le cuento todos, mis descubrimientos, mis búsquedas, mis pistas, mis sospechas y mis temores le cuento todo... mi historia el cómo llegué a conocer a Leo le muestro mi marca y él como no recuerda lo que vivimos el alfa Nolan queda en shock quedando inmóvil un largo rato que me pareció un siglo sus ojos dorados e intensos se entrecerraron mientras me miraba con un temblor leve apenas perceptible lo recorría y habló con una voz fuerte y llena de ira contenida-