INVITACIÓN ABIERTA

Tiempo después cuando llegue a la casa me di cuenta de que había una chica ahí, no vi a José por ningún lado así que le pregunte: 
-¿Tú quién eres? 
-hola, soy María amiga de José, lo conocí en el trabajo…  
Después llego José y me explico todo: 
-Veo que has conocido a María... 
-Si pero dime una cosa ¿cómo se conocieron? 
-Pues déjame decirte que fue algo repentino e inesperado porque la había visto antes en el trabajo pero en todo ese tiempo no sabía de ella hasta hace un mes por culpa de un tropiezo la conocí, realmente estaba trapeando la cocina cuando ella salió de limpiar los platos y tropezó entones la ayude a levantarse y comenzamos una larga pero entretenida conversación y la invite a venir solo que hasta ahora pudo asistir, espero que no te moleste que se quede unos días pues vive en la ciudad y por ahora se le es complicado regresar… 
Al final no me quedo otra más que dejarla quedarse después de todo la ciudad ya era demasiado peligrosa, al día siguiente cuando los dos se fueron a trabajar me quede pensando en la ciudad y en qué habría pasado si nunca hubiese llegado José pero después cambie de pensamientos y empecé a creer que estuvo mejor que pasara esto pues así ya podría tener una gran aventura llena de suspenso, adrenalina, aventura, etc. así que solo acepte lo que viniera más adelante. Salí a trabajar y así me distraería de todo eso que pasaba por mi mente. Después del trabajo me encontré con el señor del otro día y me hizo una pregunta después de mucho tiempo de encontrarnos en este lugar: 
-¿Ustedes de donde llegaron? –Su voz se escuchaba algo sospechosa como si ya supiera todo sobre nosotros- 
-Nosotros hemos venido de la ciudad a conseguir una vida más tranquila pues allá hay mucha contaminación y mucho estrés 
-Los comprendo, por un tiempo tuve que estar en la ciudad y la verdad tampoco me gusto estar allá, quise regresar pero no podía por cuestión de trabajo pero como ustedes encontré este pequeño pueblo y me sentí mejor aquí así que aquí sigo después de 30 años… 
Al final supuse que no sabía nada y que todo debía quedarse así, sin que supieran nada. 
-Bien, dejaré que vayas a tu casa a descansar, después de todo supongo que fue un día muy agotador. 
Se dio la vuelta y se marchó, llegue a la casa y ahí estaba María, se encontraba sentada viendo la televisión, justamente el canal de las noticias, esta vez habían sido encontradas dos personas sin vida en una camioneta rumbo al campo, justo a donde iríamos José y yo, me sorprendí porque los policías los marcaron como delincuentes pero al ver como se encontraba la camioneta se podía ver que no era así y que había sido planeado ese accidente, aún nos buscaban y no dejarían de hacerlo hasta encontrarnos: 
-¿No se te hace raro eso? la posición de esa camioneta no parece de un accidente y esas dos personas no parecen ser malos… -dijo María con inquietud en su voz-  
-Es demasiado extraño que pase algo así, la policía nunca confunde a nadie, a menos que lo hallan planeado todo desde el principio -respondió José desde la cocina- 
No se habían percatado de que ya había llegado hasta que por accidente tropecé con el marco de la puerta: 
-Oh ahí estás, no notamos que habías llegado… -me dijo José planeando que no dijera algo sobre la noticia- 
-Si, al fin pude llegar, ya se me hacía eterno estar allá, creí que sería algo parecido a cuando yo era dueño y no empleado pero, es más difícil estar así  
-Bueno, habrá tiempos mejores ¿No? 
Ya no respondí su pregunta y simplemente me fui a mi habitación a dormir un rato. Más tarde escuché un ruido venir de la cocina, creí que sería José así que lo ignoré por completo y seguí durmiendo. Desperté y noté que ya era de noche así que fui a la cocina a comer algo y a ver un rato la tele, al llegar noté que no se encontraban ni José ni María. Me senté a ver la televisión y seguía en el canal de las noticias, esta vez un choque múltiple en la autopista en dirección a la ciudad, una camioneta y un carro, ambos con dos pasajeros de sexo masculino, esto se hacía cada vez más notable y se encontraban aún más cerca de nosotros, de la nada y en seco entró José con María gritando y alarmando: 
-Tenemos que irnos ahora, nos han encontrado. -su voz estaba demasiado alterada- 
-¿De que estás hablando? estamos muy lejos de ellos. 
-Eso creíamos pero ahora ya no, están a punto de llegar, tenemos que salir ahora mismo, le tuve que contar a María sobre esto y nos acompañará. 
Rápidamente y sin pensarlo más, salimos corriendo sobre la carretera esperando escapar de nuevo.