La llamada de las 3:33

Capítulo 17: La Elección Final

El aire de la tienda estaba cargado de una tensión palpable, como si el tiempo mismo se hubiera detenido a esperar la siguiente palabra. Clara miró al hombre, sus ojos fijos en él, buscando algo en su rostro, alguna pista que pudiera decirle que no todo estaba perdido, que había una forma de revertir la situación sin tener que sacrificar todo.

—¿Un sacrificio? —repitió Clara, sus palabras llenas de incredulidad. Nunca había imaginado que el precio fuera tan alto. Había luchado, se había enfrentado a la Voz, había roto el ciclo, pero ahora entendía que todo lo que había hecho hasta ahora solo la había llevado a un nuevo abismo.

El hombre asintió lentamente, como si sus palabras fueran las de alguien que había presenciado este tipo de elección muchas veces antes.

—El ciclo no se puede romper sin consecuencias, Clara. Nadie ha logrado escapar de él sin perder algo fundamental. Pero aún tienes la oportunidad de decidir qué estás dispuesta a perder.

Clara tragó saliva, el peso de sus palabras aplastándola. ¿Qué quedaba por sacrificar? Ya había perdido tanto. Su libertad, su paz mental, su propia percepción de la realidad. ¿Pero podía sacrificar algo más? Algo tan esencial que podría cambiarla para siempre.

Lucas, que hasta entonces había permanecido en silencio, dio un paso adelante, como si algo en la conversación lo hubiera hecho reaccionar.

—¿Qué significa exactamente ese sacrificio? —preguntó, su voz baja pero tensa. No parecía querer saber, pero la necesidad de respuestas lo impulsaba.

El hombre no respondió de inmediato. Miró a Clara, como si estuviera evaluando si ella estaba lista para escuchar la verdad. Finalmente, habló con una frialdad que hizo que Clara se sintiera aún más pequeña de lo que ya estaba.

—El sacrificio que debes hacer no es algo físico. No se trata de perder algo material. Se trata de tu alma, de lo que te hace humana. Si decides destruir el ciclo, el poder que has adquirido te cambiará para siempre. No serás la misma persona, y ya no habrá vuelta atrás.

Las palabras retumbaban en la mente de Clara como un eco, y por un momento, todo lo que había conocido pareció desmoronarse. Había creído que tenía control, que podía desafiar las reglas del destino, pero ahora entendía que, tal como el hombre había dicho, era solo una peona en un juego mucho más grande.

—¿Y si no hago nada? —preguntó, sintiendo una última chispa de resistencia. Aún quedaba una pequeña parte de ella que se negaba a aceptar esa opción.

El hombre no pareció sorprenderse por la pregunta. Su mirada era como la de alguien que había esperado esa respuesta. Su rostro se suavizó levemente, aunque la seriedad de la situación no desapareció.

—Si no haces nada, el ciclo seguirá. La Voz continuará manipulando a todos, y el poder que has tocado solo se volverá más fuerte. Las consecuencias no solo te afectarán a ti, sino a todos aquellos que estén a tu alrededor. Tus seres queridos, la ciudad... el mundo entero podría colapsar bajo el peso de lo que está por venir.

Clara cerró los ojos, buscando una respuesta, una solución que no la costara todo lo que había sido. Pero, a medida que las palabras del hombre se filtraban en su mente, comprendió que no había escape. No había una salida fácil.

—Entonces, ¿debo sacrificarme? ¿Poner en juego mi humanidad para salvar a los demás? —preguntó, su voz quebrada, como si no pudiera creerse lo que estaba a punto de decir.

El hombre la miró con una mezcla de tristeza y comprensión. Sabía que Clara no quería escuchar, pero también sabía que había llegado el momento de enfrentar la verdad.

—Es la única opción. El poder que posees tiene la capacidad de destruir todo lo que hay, pero también de construir algo nuevo. Pero para que eso suceda, deberás renunciar a lo que te hace humana. La pregunta es, Clara, ¿estás dispuesta a pagar ese precio? ¿Estás dispuesta a renunciar a ti misma por el bien de los demás?

Clara miró a Lucas, su rostro lleno de dudas. Él había sido su compañero en todo este tiempo, su apoyo incondicional. Pero ahora, incluso él parecía estar dudando. El sacrificio era demasiado grande, y aunque quería salvar al mundo, no sabía si valía la pena perderse a sí misma en el proceso.

—No lo sé... —dijo Clara finalmente, su voz un susurro.

El hombre suspiró, como si ya esperara esa respuesta. Luego se acercó a Clara y, con un tono más suave, dijo:

—Tienes tiempo, Clara. Pero no mucho. El ciclo sigue girando, y la Voz no tardará en regresar. Lo que elijas ahora determinará no solo tu futuro, sino el de todos los que han sido tocados por este maldito ciclo. La elección es tuya.

Clara cerró los ojos, sintiendo que el peso del mundo caía sobre sus hombros. Sabía que debía tomar una decisión, y cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que no importaba lo que elegía. La vida, la humanidad, siempre tendría un costo.

Cuando abrió los ojos, miró a Lucas por última vez, esperando encontrar alguna respuesta en su mirada, algo que le dijera que no estaba sola en esto. Pero lo que vio fue solo un hombre perdido, tan atrapado en la confusión como ella.

—Lo haré —dijo Clara finalmente, con voz firme, aunque su corazón temblaba de miedo.

El hombre asintió, sin decir una palabra más. Clara sabía que su destino estaba sellado, y que su sacrificio sería la única forma de destruir el ciclo y liberar a todos de la Voz.

Pero a medida que avanzaba hacia el futuro, una oscura pregunta permanecía en su mente: ¿realmente estaba dispuesta a perderse a sí misma?




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