Muchos cuentos relacionados con el amor terminan con un “final feliz”; pero la mayoría de estos cuentos no te dicen lo que sigue a partir de sus próximas aventuras; muchas veces solo se deduce, se deduce a partir de lo que se ha visto, de lo que leímos y conocimos de ellos o lo que el propio final nos dice con su: “y vivieron felices para siempre”. En tales cuentos, algunos no tienen secuela y terminan así, con la promesa de que esta pareja hará sus vidas, felices, llenos de amor…
En su momento, Janeth pensó que había encontrado su final feliz; la confianza que depositó en su relación pronto desapareció y dejó a su paso el miedo… y los abusos. Su príncipe azul poco a poco se convirtió en el villano de un cuento que, por mucho tiempo, amenazó con un final por completo miserable; pues con el tiempo este comenzó a humillarla y maltratarla, factores que mataron sus sentimientos de a poco.
Resulta que no son sanas las relaciones donde alguien tiene un poder bastante notable sobre otro; pero cuando desde adolescente fuiste arrastrada a esa situación, la monotonía del dolor se siente normal.
No lo es, por supuesto… y cuando Janeth se reencontró con una amiga de la universidad, supo que escapar había sido una de sus únicas buenas ideas.