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“¿Dónde estoy?” salió el diminuto susurro de mis labios, no pude encontrar una mejor manera de expresar mi soledad y angustia, tantas maneras de demostrarlo que mi cuerpo solo pudo susurrar.  Observé a mi alrededor, una colina es todo lo que puedo reconocer, el sol se estaba escondiendo y el aire gélido empezaba a abrazarme a pesar de la hermosa vista que podía contemplar, siento que está en mi contra al llenarme de miedo y confusión.

Intenté incorporarme pero mis piernas temblaban de tal manera que mostraban que estaban  coludidas junto al lugar donde me encontraba para tenerme a merced del misterio y la duda que empezaba a abordarme, luego de pelear contra mis piernas torpemente me levanté, avancé uno, dos, tres pasos y mi mente se unió a la guerra contra mí al bombardearme de imágenes borrosas, confusas y tan lejanas ¿estos serán recuerdos? 

Luego de una larga disputa contra mi misma obligué a mi cuerpo a moverse colina abajo siguiendo el humo que tal vez podría ser una señal de mi salvación o de mi destrucción, pero debía correr ese riesgo, mientras más avanzaba me encontraba frente a un incendio, por alguna extraña razón no sentía miedo, una parte de mi interior me jalaba con curiosidad y cierta fascinación por ver esa casa a punto de derrumbarse, cuando tenía el fuego frente a mí, logré sentir su calidez tan cerca de mi rostro que me resultaba muy confortante, así que me dediqué a rodear la casa para ver cómo era consumida, me sentí como niña pequeña que encuentra un tesoro; esa fascinación y emoción incontenible me hizo esbozar una pequeña sonrisa de satisfacción.

La noche me presentaba su más profunda oscuridad engalanándose con las estrellas, el fuego se había extinguido, lo único que había era una madera y ceniza,  en mi intento por revivir la sensación del fuego coloque mis pies sobre los escombros sintiendo la ceniza acariciando mis dedos, camine por toda el área que había sido víctima del incendio hasta ver una caja de madera tallada - ¿Cómo pudo esto sobrevivir? – la abrí y me topé con unas cuantas fotografías de una niña, al parecer seguían varios momentos de su vida desde la infancia y parte de su adolescencia, muestra varias facetas un tanto extrañas para mí, en ese momento ella reía por ciertas cosas para mí un tanto insignificantes y mundanas. Vi los ojos de esa chiquilla y sentí una conexión con aquella "pequeña desconocida" que había conocido hace unos momentos. En un instante me pareció contemplar como si la chica corriera a los brazos de su padre, el cual, la acunó entre ellos fuertemente y le obsequió una sonrisa tranquilizadora, todo se tornó oscuro alrededor de ellos. Aquella sensación de calor desaparecía lentamente, la brisa frígida me trajo de nuevo a la realidad, estaba frente a una pequeña casa calcinada en medio de la nada.