Capítulo 11. Hay que reunirse antes de que sus juegos vayan demasiado lejos.

SASHA

Era raro. Estaba sentado mirando la maldita conversación y cada vez me convencía más de que no era paranoia. ¿Por qué se llama "Danya"? No hay coincidencias así. Pero Ksyu no es del tipo de personas que saben la verdad y se quedan calladas… Si Danya le hubiera contado algo, ella definitivamente lo hubiera comentado.

Y ese estilo de comunicación… Definitivamente no es el estilo de Ksyu, pero se parece mucho al de Danya. Pero, ¿cómo la encontró? ¿Y por qué ahora?

No tenía respuestas a estas preguntas.

Cuando escribí sobre encontrarnos, insinuaba que nos reuniéramos para resolver nuestros asuntos sin la presencia de mi esposa. Él lo comprendió perfectamente, pero decidió burlarse de mí.

En ese momento, el móvil que tenía en la mano empezó a sonar. Vi quién llamaba y acerqué el teléfono a mi oído:

— Soy yo, Mila —se oyó una voz familiar.

— Hola, Mila —respondí sonriendo.

— Quería escuchar tu voz —dijo ella—. Perdona si te interrumpí...

— No interrumpes —dije yo—. Yo también te extraño.

— Tal vez esté mal, pero pienso en ti todo el tiempo —confesó—. Me gustaría que estuviéramos juntos el mayor tiempo posible...

— Yo también quiero eso —sonreí—. ¿Qué tal? ¿Qué estás haciendo?

— Nada en especial… Nada ha cambiado para ti, ¿cenamos juntos hoy?

Me di cuenta que había olvidado totalmente esta cena. También había invitado a Ksyu a cenar hoy... Aunque, ella dijo que no sabía cuáles eran sus planes.

— Sí, cenemos, —dije al final—. Pero no sé a qué hora me liberaré. ¿Te llamo más tarde?

— Claro —dijo ella alegremente—. Llámame cuando sepas la hora...

— Está bien, hasta la noche, Mila —respondí sonriendo.

— Hasta la noche... Te beso —dijo ella.

— Besos —dije colgando la llamada.

Aun así, todo lo que estaba ocurriendo me tensaba un poco. Quizás debería seguirla y ver a su amante misterioso, Danya. Entonces, mi paranoia desaparecería, pues resultaría ser él o no...

***

Cerca de las seis decidí escribirle a Ksyu, ya que también habíamos acordado vernos.

"Hola, ¿cómo van tus cosas? ¿Nos vemos o sigues ocupada?"

"Ocupada", —respondió Ksyu de manera seca.

¿Había respondido Danya?... Pensándolo bien, solo después de que ella comenzó a hablar con su nuevo conocido, sus respuestas se volvieron diferentes, en un estilo que no le era propio.

Pero sabía cómo hacerla reaccionar emocionalmente.

"Está bien, entonces cenaré en otro lugar hoy", —escribí.

"Como quieras", —respondió ella.

Al leer ese mensaje, presioné mis labios. No, Ksyu no podía responderme así de fríamente.

Decidí que no escribiría más, de lo contrario admitiría mi derrota en este diálogo. Realmente sentía que no estaba hablando con mi esposa, a quien conocía desde hace más de diez años, sino con...

"¿De verdad no quieres encontrarte?" —finalmente volví a escribir.

Esto no era para Ksyu. Si era quien yo pensaba, necesitábamos reunirnos sin ella y resolverlo antes de que sus juegos fueran demasiado lejos.

"Tal vez en otra ocasión", —respondió de inmediato.

"De acuerdo, estaré esperando. Escríbeme en cualquier momento, puedo ir yo mismo", —respondí.

Tal vez fue un poco exagerado, pero no importa. Necesitaba encontrarme con él y darle una paliza, hacer que dejara a mi esposa lo antes posible.

Desde el teléfono de Ksyu ya no respondían... Así que decidí llamar a Mila para concretar nuestra cita.

— ¿Hola, Mila? —dije cuando ella respondió—. Ya casi termino. En unos veinte minutos podré pasar por ti, ¿estarás lista?

— Sí, claro —respondió ella con alegría—. En veinte minutos estaré lista.

— Piensa en dónde te gustaría ir... ¿Alguna vez has estado en un restaurante con cine? ¿O prefieres un restaurante en la oscuridad? Quiero llevarte a un lugar interesante —dije.

— Vamos al del cine, me encanta el cine —dijo Mila.

— Muy bien, entonces reservaré lugares y saldré ya mismo —respondí—. Te llamaré para que sepas cuándo salir.

— De acuerdo —sonrió ella—. Te estaré esperando...

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