Capitulo 4.

Capitulo 4.

Mavis se sentó enfrente de su amiga y esperó a que terminara de barajar las cartas. A su lado Jest se movía de un lado a otro gruñendo furioso, la rubia le lanzó una gélida mirada que lo dejo quieto en su lugar.

— Eso te pasa por huir y hacer disturbios a inocentes. Se nota que no conoces las reglas del mundo mágico. Regla número 55° del libro de reglas para seres con habilidades mágicas: Un fantasma nunca se dejará ver por humanos o hará disturbios que expongan su presencia.

— ¡No soy un fantasma! — grito en un rugido furioso. Mavis se apartó un poco viéndolo sorprendida. — Y yo sé exactamente cada una de las reglas que hay en el libro de seres con habilidades mágicas.

— Claro, a todos los fantasmas se les da una copia del mismo cuando mueren y no se van.

— ¿Pueden por favor, hacer silencio? — pregunto Hayley apretando la baraja entre sus dedos.

Jest se removió en su lugar intentado liberarse de las cadenas fantasmales que lo retenían. Malditas brujas locas, se la iban a pagar en cuanto estuviera libre. Solo necesitaba encontrar una manera de liberarse, fulminó a Mavis muy enojado y se quedó en silencio mirando con cautela los movimientos de la bruja pequeña.

La vio separar tres cartas grandes y luego encima de cada una poner un puñito de varias más pequeñas.

— Debes de escoger uno.

Jest soltó un bufido, pero señaló con su barbilla el grupo de en medio. Mavis contuvo la respiración cuando su amiga comenzó a darle vuelta a las cartas una por una hasta que todas estuvieron volteadas.

El loco.

El emperador invertido.

El mago.

Y la muerte.

Los tres contuvieron una fuerte respiración al ver las cartas más pequeñas, Hayley se apresuró a darle vuelta a la última y más grande de todas.

El ermitaño.

— ¿Y qué demonios significa todo esto? — gruño Jest con agresividad.

— ¡Shh! — lo mandaron a callar ambas brujas, las dos miraban muy concentradas las cartas. Mavis no era experta en el tarot, pero claro que sabía que significaba cuando salía El muerto y El mago juntos.

— Magia negra... — musitó la más pequeña apretando los labios. Su morada mirada fija en las dos cartas que estaban más juntas. — Cuando las cartas del mago y la de la muerte salen juntas quiere decir que hay hechizos, hechizos con mucha magia negra de por medio.

— Magia negra— repitió Mavis pensativa, luego le lanzo una mirada interrogante al fantasma a su lado, pero el aparto la mirada y fingió estar muy entretenido mirando las otras cartas que quedaban.

— El loco... Quiere decir que es un ser impredecible, alegre, inocente y que da más de una sorpresa. — hablo Hay con voz queda. — Tu eres todas esas cosas juntas. Alegre, inocente y pareces muy impredecible y estoy segura que nos vamos a llevar más de una sorpresa contigo ¿O me equivocó?

Jest no se atrevió a hacer ningún movimiento, ni siquiera se dignó a abrir la boca. Esas brujas locas estaban logrando adivinar muchas cosas acertadas con solo esos estúpidos papelitos de cartón.

— Y luego tenemos al Emperador, esta carta significa poder, orden y gran confianza en la autoridad. Creo que fuiste alguien muy importante mientas vivías, pero sin embargo cuando El Emperador sale invertido solo puede significar la perdida de sus bienes y la inmadurez. — la rubia y la pelinegra miraron al fantasma fijamente esperando por una respuesta, sin embargo, él se mantuvo en silencio y completamente serio así que Hayley se apresuró a hacer la lectura. — Creo... — hablo casi vacilan por la dura mirada de ojos verdes que le daba Jest. Así que se aclaró la garganta y decidió decir lo que las cartas le decían. — No, no creo tú fuiste una persona muy inmadura y amabas vivir haciendo cosas malas a los demás. Perdiste todo lo que tenías familia, poder, hogar, tu vida.

— ¿Y el ermitaño? — preguntó la rubia sin poder contenerse. Jest miró a Hayley sin poder disimular su curiosidad, al final también había terminado picándole el mosquito de la curiosidad.

— Es la carta número nueve de los Arcanos Mayores, simboliza el desea de una búsqueda e introspección interior... Algo me dice que estás buscando algo, pero que no puedes hacerlo solo y esa es la verdadera razón por la que ha seguido a Mavis hasta aquí, ¿o me equivocó?

— No. — reconoció Jest suspirando vencido, había decidido dejar de hacerse el duró y aceptar la ayuda de esas dos brujas locas. Después de todo solo ellas y la madre se la rubia parecían verlo.

— Necesitamos saber qué es lo que ocurre contigo exactamente para poder ayudarte. — dijo Mavis mirándolo fijamente, Jest trago salida al ver esos intensos ojos azules posados sobre él.