Capitulo 19: Kevin, mi asesino.

Él me mató.

De cierto modo, el fue culpable. Rompió tanto todo lo que yo era y dejó tan poco de mi que al verme en el espejo y no reconocerme rompía en llanto.

¿Por qué me dejaste Kevin?

¿Qué me faltó para ser perfecta para ti?

¿Qué no hice para encantarte?

¿Qué no tengo en mi cuerpo? ¿no es suficiente lo que soy?

Al abandonarme sin explicaciones, la niña insegura de 17 años que fue rechazada ante todos en su último día de clases regresó sin aviso y se instaló en mi.

Ya no quería salir. Mis padres pensaron era una etapa pasajera, cosa de hormonas y chicas.

A la semana de tener relaciones con Kevin, mi padre se enteró por una vecina chismosa que yo metí un hombre en casa. Mis padres armaron alboroto diciendo que era una cualquiera. La historia no terminó ahí, mis padres creyeron que yo estaba embarazada y entre la depresión y el enojo de mis padres yo caí en un abismo.

Yo morí un 10 de agosto.  Tomé un montón de pastillas que según mis padres me ayudarían a descansar mejor por las noches. Abracé a mi madre y a mi padre, les dije que los amaba con todo mi ser y les pedí perdón por todo lo mal que me porté con ellos.

Me acoste a dormir pero nunca desperté.

Mi madre encontró mi cuerpo por la mañana cuando quería mi ayuda para limpiar la casa y  no contesté.

No recuerdo sentir dolor físico pero si un dolor inmenso de alma y corazón.

Ya sé, piensas soy una cobarde por terminar con mi vida de tajo, pero para mí era imposible seguir después de la mirada llena de prejuicios de mis padres. Las palabras dolorosas que día a día mi padre decía sobre no poder llevarme pura al altar y esas creencias estupidas de nuestra sociedad conservadora en pleno 2017.

Pese a mi dolor de alma, mi corazón aún latía y sentía amor por Kevin, así de tonta e ingenua fui y soy.

Un día antes de morir le escribí una carta y se la envié a Kevin a su domicilio.