Padre Ó Hijo

Yo nunca te vería como mi hija

Durante los dos que no Isabel Dan no dejo pasar la oportunidad de hablar con la pequeña Lulú. Sin duda se estaba volviendo un acosador, depravado para ella al ver Dan no media sus palabras ante una dama como ella. No era de los tipos que ocultaba sus fantasías oscuras, para su suerte Amanda, Maited y Isabel comprendieron como era su vocabulario de él. Pero Lulú ella fue la única que no comprendió porque lo veía como algo demasiado vulgar, perverso. Lulú ya no sabía como evitar a Dan ella tenía que ir a clases y no podía faltar sólo por eso, aunque era una muy buena excusa. Comunicó al jefe de carrera sobre el comportamiento de Dan. Y también podían ayudar a que se alejara ya que Lulú tiene parientes en la U.


- buenos dias Don Alejandro quiero hacer un reclamo.
- claro dígame cuál es.?
- quiero comunicarle que Dan Coleman Ferrufino me a estado acosando estos días, hasta ya no quiero venir a pasar clases, si no fuera mi compañero lo demandará por acoso verbal. No me deja de mirar, ni puede dejar de hablar sus vulgaridades.
- si entiendo, pero que le dice el Joven Dan.
- uy mamita rica, vamos por un helado, hasta saca su lengua y lo pone entre medio de sus dedos, me avergüenza siempre hace eso cuando lo veo. No se como otras aguantan tanto acoso.
- bueno mire trataremos de advertirle para que ya dejé de molestarla. Y si después de la llamada de atención sigue usted tomará cartas en el asuento. 

Salió del lugar un poco más aliviada porque se quitaría el peso que es Dan, tenía al menos dos clases sin él. Isabel mientras estaba viendo sus redes sociales le vino un pensamiento que se hecho de menos.

¿quien me trajo al hospital?.

Ya había estado varios días hay y no sabía quien fue quien la ayudo lo último que recordó es que tocaron su puerta y mientras se dirigía hacia ella cayó en un sueño. La enfermera venía a cambiar otro suero porque el que tenía se le había acabado. En ese momento aprovechó en preguntarle.

- buenos días ¿como te sientes?. Tienes alguna molestia._ dijo la enfermera viendo a Isabel un poco confunfida.
- buenas días, bien gracias.
- bueno paso un dentro de un rato. _ dijo mientras se dirigía hacia la puerta.
- no espere, tengo una duda.
- si ¿cuál era señorita?.
- ¿quien me trajo al hospital?.
- un señor, el mismo que le vino a visitar la noche anterior, él le dejo la rosa. Hermoso detalle de su papá. 
- papá?. No mi papá no está en la ciudad. 
- a perdón yo pensé que era su padre. Es que el señor es un poco mayor.
- me lo podría describir por favor.
- claro. Era mayor, tenía un cuerpo bien formado, es más un menos de este tamaño._ dijo mostrando la altura extendiendo su brazo y esa noche llego con una camioneta.
Camioneta? Horacio no podía ser Dan porque él no tiene apariencia de viejo, la fue a buscar esa noche. ¿pero porqué? ¿cómo sabía donde vivía? ¿quien le dijo como estaba?. Tenía tantas preguntas sin responder. -muchas gracias, eso era todo. 
- bueno._ se retiró la enfermera dejando a una Isabel muy confundida y con muchas preguntas sin ser respondidas.

(...)

Dan fue llamado a la oficina del jefe de de la carrera. Confundido, según él no había hecho nada malo esa semana. 

- buenos días joven Dan puede tomar asiento._ dice indicando unas de las sillas que se encontraba delante del escritorio del jefe. 
- se preguntará porque lo hemos llamado, recibimos una queja no una queja un acoso de parte de usted hacia la señorita Lulú Valencia nos dijoque usted no la deja de molestar que era un acosador, pervertido y joven muy.. depravado no quería tomar esas palabras pero sabía como describir todo lo que nos dijo sobre usted ella se siente tan intimidada que ya no quería venir a pasar clases. 
- yo? Un acosador pero nisiquiera la e tocado.
- no es necesario los toques, es suficiente con lo que dice hasta quería demandarlo por acoso verbal, mire yo no me meto en la vida de los estudiantes de esta Universidad pero se como es su comportamiento, yo no soy nadie para decir que se comporten bien. Pero también se que y me e dado cuenta que a usted le gusta andar de Don Juan.
Y a usted no? Bien que la engaña a su esposa con las de comunicación social._ dijo Dan entre sus pensamientos porque si lo decía iba a empeorar la situacion.
- no voy a decir nada porque no quiero ser como las personas que dicen y ellos mismo hacen. Sólo la dejaré en paz gracias por el aviso. Hasta luego._ se levantó de su silla y al parecer él jefe dio a entender su indirecta. 

Fue a buscar a Lulú se la iba a pagar por lo que dijo ninguna de las chicas con las que quería le había hecho pasar por este tipo de cosa para que ella fuera la primera no se iba a quedar así. La vio entrar a un aula vio por la ventana al parecer todavía no ha la empezado su clase, era el momento perfecto.

- ¿otra vez tu.?
- estarás feliz, con que un acosador. Mira agradece que me fije en ti, al menos te diste cuenta que era lo que quería de ti, porque sabes todos los hombres que se acerca a ti es por tus perfectas nalgas. A nada más no creas mucho, se que te ilusionas rápido a si que no te dejes llevar porque otro "acosador" venga a ti pero no que sea directo como yo que primero empieze con palabras bonitas y que después te dejé tirada sufriendo. Hay te vas a dar cuenta y si no pues una pena por ti. Ya que eres buena detectando quien quiere utilizarte._ dijo, muy molesto trato de no alzar la voz, Pero fue en vano porque todos los que estaban hay ya se enteraron de que era lo que sucedia.
- gracias por tu consejo y te digo una cosa eres el peor hombre que e conocido. Te odio. 
- no soy el único, hay peores y algún día te va a llegar y vas a estar tan arrastrada a él que lo vas a presumir y él sólo le va a valer. Tomalo en cuenta.
- jamás.

Salió viendo como todos susurraba de lo había pasado eso molesto más a Lulú. 

Dan ya no estaba para aguantar a nadie más se fue a su casa en ese instante.

(...)

Era la hora de almuerzo y era lo que más odiaba de el hospital Isa porque le daban lo que consideraba ella una miseria. Era morir de hambre. Cuando estaba por comer su "almuerzo" fue sorprendida. 

- se puede?._ pregunta Horacio tocando la puerta de su habitación, con un ramo de flores.
- claro, pasa.
- gracias, ten espero que te gusten?._ dijo, al momento que entregaba las flores, Isabel quería abrazarlo y si era posible darle un pequeño beso. Pero lo único que pudo decir fue.
- gracias. 
- como te sientes, me enteré por Dan que estabas enferma._ mintió sin saber que ella ya sabía la verdad.
- enserio?._ dijo mirándolo directo a los ojos algo sería, eso incómodo a Horacio.
- si _ dijo con nervios mientras se paraba frente a ella.
- ya que estas aquí quería decirte. Gracias.
- porque?._ sin entender lo que decia.
- gracias por traerme aquí, mira no se como te hayas enterado de que me sentía mal o como llegaste a la puerta de mi cuarto o porque hiciste todo esto por mi, incluyendo el pago de este hospital tan caro.
- si te digo el porque seguro te alejaría de mi y eso es lo menos que quiero ahorita. Pero sólo diré que yo nunca te vería como mi hija por si lo piensas._ dijo mientras se acercaba a ella con ganas de tomar sus labios para sentir como sabían se veía tan buenos para unos besos esos que te dejan sin aliento.
Se quedó muy sorprendida porque no sabía como responder a eso. Vio sus labios y por un momento penso en tomarlo cuando ya estaba tan cerca, hasta sentir su respiracion, solo le quedo darle en la mejilla junto con un abrazo, los dos es ese momento sintieron una electricidad caliente, estaba muy nerviosos - gracias. 

Tuvo que ser interrumpidos porque el celular de Isa empezó a sonar. 

- perdón.
- no te preocupes continúa.

- Hola? Negrita hermosa como estas?._ era Dan todo el nervio que sentía se había ido y se convirtió en preocupación.
- Hola Dan bien gracias.
- que paso? Te escucho un poco fría si esa negrita es caliente?.
- a es que estoy con mi mamá.
- a ya ahora si entiendo, mandale saludos a mi suegra, decile gracias tremenda hija que se carga, un poco de chistecito, lo siento pero no voy a poder ir hoy a verte. Tengo que entrenar y después mi papá me va a llevar a una cena con Alice. 
Se puso un poco triste no por lo que Dan no iba ir a verla, fue por que se imagino que Horacio ya estaba con Alice y estaban comprometidos. - bueno no te preocupes espero que te vaya bien, nero.
- adiós negra hermosa.
- adiós negro bello._ dijo tan despacio para que no escuchara Horacio. 

Conversaron casi toda la tarde hasta que tuvo que ir a su cena, Horacio pensaba en Alice que lo que hacia estaba mal, él estaba comprometido, pero cada sonrisa que le dedicaba Isabel se le olvida todo. 

- bueno tengo unos asuntos que tengo que resolver fue un gusto conversar contigo. Isabel.
- me gustó tu visita._ pero más me gustas voz. _ pensó Isabel tuvo que morderse para no sonreír ante ese pensamiento.
Más gusto me daría que te enamores de mi._ pensó Horacio.
- espero que te vaya bien con Alice. 
No me la recuerdes que tu me estas haciendo olvidar de que estoy con ella. - gracias adiós. 
Se acercaron para despedirse con un beso en la mejilla. Pero Isabel no sabía su intención Horacio tomo su rostro entre sus manos y le dio un cálido y suave beso. Pero Isabel no se contuvo más lo tomo de su chaqueta obligándole a regresar a sus labios el beso fue brusco, con necesidad y deseo. Ambos los deseaba Horacio no quería separarse de ella. Pero tuvo que hacerlo.




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