Pequeña gran mentirosa

PRÓLOGO

— ¡Nunca voy a perdonarte el hecho de que me ocultaras a mi hija! — vociferó Dimitri — ¡Tantas veces sentí odio por ella! ¡Creí que era hija ese maldito que se casó contigo! — ¡Estuvo en peligro tantas veces! 

— ¡Exactamente por eso la alejé de ti! — grité — ¡Tú solo representas peligro! ¡Por eso me fui lejos! ¡No quería que esta estuviera cerca de lo que representas! — Mi pecho se movía de manera agitada, mis ojos no paran de llorar, mi niña, mi princesa está en un hospital debatiéndose entre la vida y la muerte. 

— ¡Si hubiera estado conmigo! ¡Nada de esto estuviera pasando! ¡Ella tendría mi protección! 

— ¡Todo esto es tu culpa! — contradije — ¡Si ahora Esther está en una camilla, es por culpa tuya y de tu familia! — Acusé. Maldita la hora en que su hijo; el medio hermano de Esther había aparecido en la nuestras vidas, él la llevó a esto, la llevó a ese mundo de la cual yo la estuve protegiendo todos estos años. 

— Como quisiera odiarte Bell, me quitaste la oportunidad de ver a mi hija crecer y ahora incluso puedo perderla para siempre —. Dimitri tenía razón, me sentía culpable por eso, pero él no me comprendía que siempre lo hice para proteger a Esther, nuestra hija. 

— ¿Cómo está, Esther? — Jeicy apareció de pronto en la sala de espera. 

— ¿Qué haces aquí? — Reclamó Dimitri 

— ¡Ella es mi hija! ¡Tengo todo el derecho de estar aquí! — espetó Jeicy

— ¡Tú no eres su padre! ¡Ese soy yo! — Jeicy lo vio sorprendido, se suponía que Dimitri desconocía la verdad — ¡No tienes ningún derecho de estar aquí! ¡Ella es mi hija! 

— ¡Yo soy el único padre que Esther conoce! — Reclamó Jeicy. 

— ¡Por qué te llevaste a mi mujer y mi hija! Si yo hubiera sabido que Bell estaba embarazada cuando la rapté aquel día de la boda, la obligo a irse conmigo, incluso a punta de pistola — Jeicy me miro con sorpresa, él desconocía que el día de la boda Dimitri fue por mí y estuve a punto de irme con él, pero no quería que mi hija estuviera cerca de armas, violencia y sobre todo de la loca de Ciara la madre del medio hermano de Esther — No me importa si todos estos años fingiste ser su padre, ya estoy aquí para reclamar ese derecho y estoy dispuesto a matar a todo aquel que quiera intervenir mi propósito — Dimitri se acercó y tomó del cuello a Jeicy. 

— ¡Dimitri! ¡No estamos para peleas! ¡Tú… nuestra hija se está debatiendo entre la vida y la muerte! — Eso era lo peor, mi hija se encontraba en una cirugía, un objeto tan pequeño había traspasado su cuerpo y ahora dependía de los médicos y su deseo de aferrarse a la vida. 

Él pareció entrar en razón, soltó a Jeyci y se recostó en una de las paredes. Me senté en una de las sillas y Jeicy me acompañó — ¿Cómo es que sabe la verdad? — preguntó 

— En algún momento tendría que llegar a enterarse — respondí con frialdad, intentó abrazarme, pero me alejé de él. No importaba que ahora intentara darme consuelo, lo único que sentía por él era desconfianza, todos estos años me estuvo mintiendo, teníamos una hermosa familia, pero en realidad todo este tiempo solo había sido un espejismo.

 

 




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