Recuerdo un momento revelador con un sabio Maestro al que tenía la fortuna de escuchar. Le preguntamos cuál era la diferencia entre la química y la alquimia en las relaciones de pareja. Con una mirada profunda y serena, el Maestro comenzó a compartir su sabiduría de una manera que nunca olvidaré.
Él explicó que aquellos que buscan "química" en sus relaciones son como científicos del amor. Se enfocan en la acción y reacción, buscando una chispa instantánea que, aunque intensa, suele ser efímera. Los químicos aman por necesidad, buscando en la relación algo que complemente un vacío.
Por otro lado, los que encuentran la "alquimia" en el amor son verdaderos artistas. Crean y transforman continuamente la forma en que aman. Para ellos, el amor es una elección consciente y creativa, una danza que se enriquece con el tiempo. Los alquimistas valoran el contenido de la relación, no solo su apariencia.
El Maestro comparó la química con algo que se desvanece con el tiempo, mientras que la alquimia se profundiza y se fortalece a medida que pasa el tiempo. La química se basa en lo superficial y lo inmediato, mientras que la alquimia se construye y se transforma en una conexión profunda y duradera.
Sin embargo, el Maestro también mencionó algo fascinante: cuando la química y la alquimia se encuentran y se complementan, surge un fenómeno verdaderamente extraordinario. Es como un diamante en bruto, una combinación rara y preciosa que encarna lo mejor de ambos mundos. En estos casos, la chispa inicial de la química enriquece y da vida al proceso continuo de la alquimia, creando una relación que es tanto apasionante como profundamente transformadora. Este equilibrio perfecto, aunque menos común, representa el ideal más hermoso y sublime en el amor.
Con una sonrisa tranquila, el Maestro concluyó: "La alquimia une lo que la química separa. Mientras que la química puede ser el reflejo de un amor que se desvanece, la alquimia es el verdadero matrimonio del alma. Y cuando ambas se encuentran en armonía, crean una joya rara y deslumbrante. Comencemos a construir relaciones conscientes. La química puede envejecer el cuerpo, pero la alquimia acaricia el alma desde adentro."
Sus palabras resonaron profundamente en mí y cambiaron mi perspectiva sobre el amor. Ahora entiendo que, además de buscar la chispa inicial, debemos esforzarnos por construir una conexión que evolucione y enriquezca nuestras vidas, buscando ese raro equilibrio entre química y alquimia que transforma una relación en algo verdaderamente excepcional.
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Editado: 30.07.2024