Capítulo XIV

Apague mi celular no quería saber nada más de Lizbeth por un momento, masaje mis cienes un poco, hablar con ella me había desequilibrado, ahora no quería pensar en eso. Así que solo me acosté para descansar, pero empezaron a tocar mi puerta. Me levante de muy mala gana.

― ¿Quién es? ― Grite molesto.

― Soy Lucas. ― Abrí la puerta y mi amigo estaba parado con una sonrisa de oreja a oreja.

― ¿Qué pasa Lu? ― Pregunte apoyándome en la puerta.

― Cesar y yo vamos a ir a cenar a un restaurante que queda aquí a dos cuadras, para que fuéramos, según el recepcionista las mejores hamburguesas de todo Nueva York sino es que las de todo Estados Unidos son en ese establecimiento.

― Creo que sería bueno. ― Mi amigo me vio algo preocupado.

― ¿Qué paso? ― pregunto, puse mi brazo sobre mis ojos.

― Hable con Lizbeth y peleamos, me pregunto que cuando volvería, que tenia una responsabilidad con ella que debía cumplir que yo estaba aquí buscando a Cathy por simple capricho.

― ¿Crees que es un capricho?

―Al principio creo que si lo era Lu. ― Suspire. ― Cuando llegamos aquí de verdad si quería buscar a Cathy solo para sentirme bien conmigo, quería obligarla a que regresara conmigo a casa, que dejara todo por mí, y la honestamente solo quería estar con ella porque ella es la única mujer que me ha comprendido, me ha amado por lo que yo soy, siempre vio lo mejor de mi y sin importar nada siempre tenía una palabra para intentar subirme el ánimo.

― ¿Qué pasa con Lizbeth?

― Ella y yo nos llevamos bien, es bonita no lo voy a negar, pero Cathy tiene esa vibra, esa energía que se encuentra una vez en la vida y que tú sabes que es ahí, que no quieres soltar jamás y que siempre este contigo.

― ¿Por qué la dejaste ir?

― No lo sé, pero creo que fue la cosa más estúpida que he hecho en mi vida, estábamos pasando por la etapa de las peleas y nos estábamos conociendo realmente como éramos y ella intento darlo todo por nosotros dos y yo me acobarde.

― Bueno Sam, ya no hay vuelta atrás, lo hecho este hecho y no puedes llorar por la leche derramada, Cathy es una mujer extraordinaria, se que ella siente cosas muy fuertes por ti pero tu te equivocaste muy feo con ella, en pocos días la veras y podrás hablar con ella, creo que la sorprenderás mucho cuando le digas que sin importar nada te quedaras con ella aquí.

― Si es cierto creo que voy a renunciar a todo por ella, eso me da algo de miedo, pero poder empezar aquí junto a ella e incluso cuando fui a su oficina vi a una familia y sabes me gustaría tener una familia con Cathy.

― Bueno Sam por eso estábamos aquí para que puedas cumplir ahora ese sueño, empezar desde cero da un poco de miedo, pero aun lo puedes hacer los dos son jóvenes pueden tener una bella familia e incluso ser una pareja fenomenal, todo será excelente, bueno vamos porque sino Cesar se molestara con nosotros.

Lo que había hablado con Lucas me había ayudado mucho me sentía más tranquilo y mucho más seguro de empezar todo de nuevo junto a Cathy, de verdad estaba enamorado y loco por esa mujer solo necesitaba verla pronto y decirle todo lo que sentía.

Esa noche llegamos algo tarde de nuevo al hotel, Cesar estaba algo emocionado en que deberíamos ir al Empire State, a la estatua de la libertad, el central park, el time square y todo lo que alcanzáramos a ver ese fin de semana.

 El sábado Cesar nos levantó a las seis de la mañana no quería perder un segundo del día para intentar ver todo lo que pudiéramos en Nueva York, en el metro camino a Manhattan nos dormimos, desayunamos en un restaurante que según Cesar era muy visitado por las estrellas de Hollywood me pareció muy rico pero quede con un poco de hambre, luego de eso seguimos recorriendo varios sitios y comprando mucha ropa, nos sorprendimos que en varias calles encontrábamos cosas en la calle en perfectas condiciones, Cesar agarro unos comics. Estuvimos dando vueltas por todo lo que nos dieron nuestros pies. Regresamos al hotel al anochecer, subiendo por el ascensor a nuestras habitaciones solo estaba pensando en dormir.

― Mañana iremos al central park y y luego podemos ir a una pizzería que mi hermano me recomendó que dice que las pizzas son deliciosas se llama Angelo's Coal Oven Pizzería.

― Bueno Bro. ― le dije a Cesar. ― Pero vamos en una hora más decente tipo 10 de la mañana al central park y luego en la tarde almorzamos en Angelo… como sea.

― De acuerdo. ― De mala gana Cesar acepto.  Eran pasadas las nueve de la noche pero ya estaba muy cansado para pensar en alguna cosa, al estar solo en mi habitación revise mi celular tenia cientos de llamadas de Lizbeth, no quería pelear, ni tener más problemas con ella. Pero hice lo mejor y la llame para que me dejar un par de días tranquilo.

― Hola Sam. ― Suspire antes de poder contestarle la verdad no quería pelear había sido un gran día como para ponernos a discutir.

― Hola Liz ¿Qué pasa?

― ¿Por qué no me habías respondido?

― Todo el día estuvimos conociendo los lugares más turísticos de Nueva York, aprovechamos este día.

― Pero me hubieras podido avisar.

― ¿Qué pasa?

― ¿En serio te vas a quedar? ― Hubo un minuto de silencio, no quería seguir hablando con ella.

― Mira Liz si vas a discutir por lo mismo luego hablamos.

― ¡No! ― Grito. ― Solo quiero que me digas si de verdad te quedaras en Estados Unidos con ella.

―  Liz no te hagas más daño y si me quedare con Cathy.

― De acuerdo Sam.

― De igual forma lo que necesites me dices y yo me ocupare créeme que a ustedes dos no les faltara nada. ― Empezó a llorar y no comprendía que estaba sucediendo.  ― ¿Qué te pasa esta todo bien?

― No, nada está bien.

― De verdad lo siento mucho, porque no puedo estar contigo, pero no te puedo engañar más ni me puedo engañar más.

― No es eso, lo que pasa es que todo lo que te he dicho es mentira.