Capítulo 3

Un amanecer contigo

Había dado muchas vueltas en la cama, tanto que Nicolás ya me había pedido que parara, que así no lo dejaba descansar y tenía razón, mire el techo un buen rato tratando de encontrar paz, pero nada, entonces me levanté, me coloque mis pantuflas y bata para cubrir mi pijama.

—¿A dónde vas? —me consulta Nicolás al abrir la puerta.

—Voy por agua a la cocina, tomaré un sedante, no puedo pegar el ojo.

—Bueno, pero trata de no hacer ruido al volver, estoy muy cansado.

—Descuida y descansa —cerré la puerta y baje a la sala, luego fui a la hamaca mecedora que había en una de las galerías, antes de recostarme allí, tome una manta que reposaba sobre el sillón de la sala, entonces me ubique allí y me envolví como un capullito para no sentir frío.

La noche en este lugar traía calma, el inmaculado silencio era fabuloso, solo se sentía el ruidito que hacen algunos insectos nocturnos, cómo los grillos y una que otra cigarra a lo lejos se la escucha cantar.

—Veo que no soy el único que no puede dormir, pero seguro a ti la conciencia no te deja en paz —por estar inmersa en mis pensamientos no sentí cuando Emiliano se paró al lado mío.

—Vete Emiliano, no quiero estar contigo.

—Lo lamento, pero aquí me quedo, no me molesta tu presencia —blanqueo mis ojos al oírlo decir eso.

—Entonces ve al otro extremo de la galería, mira lo amplía que es —señalo el largo pasillo.

—Me gusta aquí, además allá no hay donde sentarse, te traje una cerveza ¿Quieres? —me ofrece una lata y la recibo con desconfianza.

—¿Qué es lo que quieres? No estás aquí porque si, tu sabías que Laura es mi media hermana.

—¿Y tú? Sabías que soy alérgico ¿Por qué lo hiciste? Tanto me odias que quieres matarme.

—Hay Emiliano, ya estás exagerando, es cierto, pero lo olvidé, okay, además siempre le pongo nueces al pan de navidad, ah, pero que puedes tu saber eso, siempre fui tu amante, solo fallábamos.

—¡Marilina!

—¿Qué? Si es cierto, pero tranquilo, eso quedó en el pasado, ahora estoy enfocada en mi nueva pareja, lo amo y quiero ser feliz con él.

—No te creo —me dijo y luego se sentó al lado mío sin siquiera preguntarme, su exquisita fragancia inundó mis fosas nasales, en este momento largaría todo a la mierda y lo besaría, pero no podía hacerlo, entonces me contuve, abrí la lata y bebí la cerveza.

—Espera ¿No le pusiste nada? ¿Cierto? —Emiliano me miró serio.

—Nunca te haría daño.

—¿Por qué estás aquí?

—No puedo dormir, no te preocupes, no te estoy vigilando.

—Sabes que no me refiero a eso, tu tienes hijos, siempre pasaste las fiestas con ellos.

—Es cierto, pero ahora es diferente, me separé y Karen está con ellos, es su mamá, además las cosas no quedaron bien con ella, me odia y tiene razón en hacerlo.

—¿Y cómo no? La engañabas conmigo, fueron cinco años, cómo permitiste llegar a tanto.

—No lo sé.

—Yo sí, ambos fuimos egoístas, pero tu principalmente con ella, debiste haber elegido desde el inicio.

—¿Cómo?

—Separándote desde que todo inicio, no huyendo cinco años después, me hiciste daño.

—¿Qué más podía hacer? Karen sabía todo y fue gracias a ti.

—Lo hice por amor, sabía que nunca te la jugarías por mí, ningún hombre deja su familia por la otra, no sabes cuanto me dolió, que dijeras que era mentira.

Inicio Flashback

Fiesta de fin de año del hospital

—Pero qué bonita estás —me halaga Peter, uno de los médicos del hospital.

—Muchas gracias, el evento lo amerita —había elegido usar un vestido color champagne, era corto con un hermoso escote, en mis pies lucia zapatos altos color negro, los cuales estilizan mi silueta.

Había llegado temprano, quería pasar esta última noche con Emiliano, ya que mañana partía a casa de campo de mi abuela Magda.

Pero todo se fue por un caño, cuando lo vi ingresar del brazo de su esposa, él nunca la traía, se suponía que está noche íbamos a ser él y yo.

Durante el evento me esquivó, nunca me miró, eso me molesto, entonces enfurecí, salí del hotel en donde se llevaba a cabo la fiesta y fui al hospital, ingrese en uno de los consultorios vacíos y desde allí ingrese al sistema interno, en donde está toda la información de los empleados del hospital, busque el archivo de Emiliano y saque de allí el número telefónico de su esposa, la agende en mi móvil y me fui, de regreso a la fiesta pase por un Marquet, use mi tarjeta de crédito y compre un celular con número nuevo.

—¿A dónde estabas? —me consulta mi compañera al verme llegar.

—Había olvidado sacar la basura —le respondo.

Prendí el móvil nuevo, instalé WhatsApp y luego le envié a la esposa de Emiliano todos los chats, también las fotografías que tenía de él en los diferentes hoteles a los que fuimos.

Luego le escribí a Emiliano un texto, en donde le decía que lo odiaba y que todo se había acabado.

Fin flashback

—No hacía falta enviar esas fotos, ella me hizo juicio por eso.

—Estaba dolida, me trataste como a un objeto, te lo merecías, además no veo que te haya afectado, ahora estás muy enamorado de Laura.

—¿Estás celosa?

—Si quieres seguir aquí, ya no preguntes estupideces.

Conversamos toda la noche, él logró sacarme algunas risas, me contó sobre su nueva vida y trabajo en donde conoció a mi media hermana.

—Creo que mejor me voy a dormir —dijo él y le tome la mano, su mirada se detuvo en la mía, trague saliva al notar que la conexión entre ambos estaba intacta.

—Eh… yo… es que no… ¡Ya amaneció! —solté de inmediato su mano y señalé el amanecer, el cual se veía precioso.

—Quisiera un amanecer diferente contigo —dice muy cerca de mis labios, luego deja un beso en mi mejilla y se va, me quedo atontada por lo sucedido.

—¿Él hizo eso? —me pregunta Nicolás, a quien había obligado a levantarse para salir a caminar, tenía que hablar con alguien de lo sucedido en la madrugada o iba a enloquecer más de lo que ya estaba.