Carta V

Cristian:

Como cualquier adolescente enamorada sentí ese tan anhelado momento especial de películas, series y libros. Sinceramente no recuerdo de lo que hablabas porque no presté atención en lo absoluto. Créeme, no fue apropósito, juro que quería escuchar todo lo que decías, pero mi estúpida cabeza tenía otros planes. Tu rostro se convirtió en el centro de atención y odié cuando lo sentí.

Así fue la primera vez que lo viví.

Después de eso, pasé a seguirte con la mirada, a donde sea que fueras mis ojos te seguían. Dabas un paso atrás, uno adelante y mis ojos también lo daban.

Bastante acosador, debo confesar.

Estaba asustada. Quererte de aquella manera traspasaban los límites de una amistad.

Escribía pequeños poemas sin saber que tú eras mi inspiración. Cuando volví a leerlos para editarlos supe que iban dirigidos hacia ti. Así que por más que deseaba que me leyeras, los ocultaba. Me provocaba pánico imaginarte burlándote de lo que había escrito. Eran mis sentimientos que poco a poco se abrían paso hacia ti.

Por una parte, pensé que debías saber de su existencia y contenido, puesto que estaba hablando de ti. Sin embargo, creí que eso me involucraba más a mí que a ti, ¿lo comprendes?

Sí, eran para ti, pero eran míos y nunca lo iban a dejar de ser.

No te confundas, mi miedo no era desvelarte dichos poemas, mi miedo iba dirigido hacia tu respuesta. Tenía miedo a ser rechazada como cualquier persona, pero mi miedo me involucraba como escritora también, no sólo como la chica que estaba enamorada de ti.

Decía tantas cosas sinceras, guardar aquellos sentimientos parecía la mejor opción.

Mi duda siempre será cuál hubiera sido tu reacción al leer todos esos poemas.

No creía posible tener en tus pensamientos a una persona cada segundo del día hasta que habitaste en mi mente. Me parecía increíble que sólo necesitaba recordarte para que automáticamente una enorme sonrisa se colocara en mi rostro.

Estaba enamorada de ti y de la forma en la que me hacías sentir.

Pero ahora no hay nada que escribir sobre lo que siento por ti…

Beatriz