Cuando el destino llama

Capítulo 4

 

-¿Novalión? ¿De qué está hablando? –Pregunté. Aquel hombre había entrado sin que nos diéramos cuenta. Era grande y robusto vestía similar al chico desconocido, de negro y plata y tenia un tatuaje azul alrededor de la muñeca izquierda.

Se veía mayor, puesto que su barba y cabello comenzaban a pintarse de tonos grisáceos.

-Ha pasado tiempo desde que vi a una Novalión… -Se acercó a nosotros y Evan se paró frente a mí intentando protegerme.

-¿Quién eres? –pregunté. El misterioso hombre sonrió.

-Disculpe mis modales por favor. Mi nombre es Ballard, líder del clan de la sombra y él es mi nieto Nycolai-. Señaló con su pulgar al chico detrás de él, quien al escuchar su nombre se aproximó a nosotros y me arrebató el espejo de las manos.

-Creí haberles dicho que no tocaran nada. –Dijo con molestia y colgó el espejo en su lugar.

-No entiendo nada de lo que está pasando. -Evan parecía confundido, pero apuesto a que no lo estaba más de lo que estaba yo. El robusto hombre soltó una carcajada en cuanto observó la acción del chico, y entonces se dirigió a mí nuevamente.

-Esa marca… la media luna con el sol, significa que eres la elegida por la Diosa Nova. –Se aproximó a mí decidido y observó la marca con mayor detenimiento, entonces pasó sus dedos por su barba y sonrió-. ¿Cuál es tu nombre joven Novalión?

-Monaghan, Camile Monaghan y él es Evan Phillips. –Lo señalé con el mentón-. Y no me llame Novalión, sigo sin entender que significa eso.

-Con gusto le explicaré en detalle. – Mencionó sentándose en la banca del otro lado de la mesa de madera-. Como mencioné antes, los Novalión son los elegidos por la diosa Nova, la deidad que rige sobre este pueblo. Son reconocidos por su marca especial, la que tú tienes en tu cuello justo ahora…

-Son enviados para restablecer el equilibrio…. –Interrumpió Nycolai. Ballard le lanzó una mirada molesta.

-Como decía.  –Se aclaró la garganta-. Son enviados para restablecer la paz y el equilibrio en este mundo haciendo uso de sus habilidades.

-¿Habilidades? ¿Qué tipo de habilidades? –Interrumpió esta vez Evan.

-Magia muy poderosa, aunque no sé cuál exactamente, cada Novalión manipula un tipo de magia diferente.  –respondió la pregunta.

-En ese caso se equivocaron de chica, yo no tengo ningún tipo de “magia”  o habilidad, solo soy yo. Una chica normal de 17 años que aun cursa la preparatoria.  –Rezongué.

-La diosa no se equivoca joven Camile, si te eligió fue por una razón. Debes tener un poder  del que ni tu misma eres consiente. –Sonrió y pude ver un diente de cobre. Las arrugas alrededor de sus ojos y las comisuras de sus labios se hicieron más notables.

Realmente no podía entender cómo es que podía sonreir de esa manera tan despreocupada. Miré a Evan y sus ojos estaban iluminados, parecía emocionado por esto, yo no lo estaba en absoluto. Esto no me gustaba para nada.

Quería decir algo pero la llegada de una chica me interrumpió. Una joven de cabello largo y castaño atravesó el umbral de la puerta. Portaba un short y una chaqueta plateados y una camiseta negra con aberturas en los laterales, botas de cordones hasta las rodillas y cintas amarradas en las piernas que portaban tres dagas cada una.

-Asi que es aquí en donde estaban, los estaba buscando a ambos. –Dijo cruzándose de brazos, entonces sus ojos se centraron en mí-. ¿Quién es ella?

-Su nombre es Camile y es una Novalión. –Mencionó Nycolai con cierto gusto sarcástico en sus palabras.

-Una…es imposible, no ha aparecido ningún Novalión en casi 50 años. –Mencionó con asombro.

-Mírala por ti misma. –Ballard hizo un ademán con la mano para que se acercase. Dio algunos pasos hacia mí,  y entonces retrocedió estupefacta, no fue necesario ser adivina para saber la razón de su previa reacción. Había visto el tatuaje de mi cuello.

- ¡No puede ser! Es verdad… es una… una… ¿ha venido para ayudarnos? –Su rostro rápidamente cambió a una expresión muy emocionada y me miró con una gran sonrisa de oreja a oreja. Nycolai se acercó a ella y puso una mano en su hombro, sacándola de su emoción.

-Tranquilízate, aun no queda claro esa situación, por otro lado, los cazadores están cada vez más cerca de la cascada, hay que reforzar la barrera. –Dijo con seriedad, la chica soltó un suspiro y asintió. Lanzó una última mirada hacia mí y sonrió entonces se dispuso a irse. Salió por la puerta y Evan la siguió.




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