Carta número cinco

Ángel, irradias luz en el cielo. Estas en todas partes, a donde voy.

Abuelo, hoy he logrado comprender, ya siendo grande, que eras mas allá que un ser hecho  cenizas, que está en el cielo, que resplandeces, que iluminas, que siento tu huella, que eres cada uno de nosotros, porque sin ti, sin una parte de tu vida, de tu huella, de tu existencia, no sería lo que soy, lo que somos cada uno de nosotros.

Hoy mas, que nunca resplandeces y estas más que grabado, en mis sentimientos, en mis emociones. Te siento cada vez, mas a mi lado, con tu perfume, las veces que he soñado contigo, me siento en paz, no siento miedo, cada vez, este más unido a mí, en mi mente. Nos vemos en el cielo.

A un año de tu partido, tu nieta menor, te dedica estas palabras. Ahora, si me puedo despedir de ti, pero no para siempre, solo mientras viva. Te amo. Viviré como lo hiciste tú.

¡El amor hacia ti, va más allá de unas palabras!