¿amor o amistad? un reino que salvar

—¿Hugo? ¿Qué haces aquí? —dije, sorprendiéndome al verlo sentado solo en la pista de hielo, mirando al vacío. El sonido suave de los patines deslizándose y las risas lejanas de los demás apenas llegaban a mis oídos. Era como si todo lo demás no existiera para Hugo en ese momento.
Me acerqué, con mis pasos lentos, casi tímidos, no quería interrumpir lo que parecía ser un momento tan... solitario. Él levantó la vista lentamente, como si estuviera saliendo de un trance. Sus ojos, normalmente tan brillantes, ahora reflejaban una tristeza profunda que no había notado antes.
—Tengo que irme —dijo al fin, sus palabras fueron tan suaves que tuve que esforzarme por oírlas. —No quiero dejar a mis amigos.