Después de besarse durante un buen rato, desquitando las ganas que tenian de hacerlo desde hace tiempo, entraron ala plaza commercial directo a comprar los donuts. Iban tomados de la mano, para alegria de Douglas y dsgracia de Sophia.
Ella aún no tenia muy claro que debia hacer. No queria darle falsas esperanzas al chico que era incondicional con ella si todabia tenian un plan pendiente por terminar. No sabia si las cosas iban a salir como ellos querian y, sino, no tenia ni la mneor idea de qué hacer. Ademas, ella aun tenia esos pinchazos en el Corazon cuando pensaba en... sacudió la cabeza disimuladamente, no queria que Douglas se diera centa de su indecision.
Estaban cerca de la librería que recien habian inaugurado dias atras cuando Sophia soltó de golpe la mano de Douglas, quedandose estática en su sitio y dejando al chico mas confundido que nunca. Él, al mirar en la misma direccion que la rubia, se dio cuenta del motivo de us cambio tan repentino. Nathaniel Collinger se aproximaa a elllos con lentitud y una sonrisa de superioridad que le daban ganas de borrarsela con un golpe.
Cuando llegó hasta ellos, saludó primero con un beso en la mejilla a Sophia.
—Debo admitir que llevo horas metido en esa librería, esperando tu llegada, preciosa.— dijo sin importarle mucho que estuviera acompañada y eso le molestó a Douglas,
Una cosa era finger que no se conocian y otra muy distinta era ignroar la precencia del otro aunqe lo tengas a menos de un mentro de ti, pensó él.
—Bueno, pues tu espera terminó, ya estoy aqui.
No le gusto nada el tono seductor que Sophia estaba utilizando. Eso no era parte del plan y ella aun asi lo estaba hacienda. Importandole poco o nada lo que él pudiese sentir con ello; sobre todo despues de haber dado el siguiente paso en su relacion, ahora, inexistente. Tosió falsamente llamando la atencion de los otros dos que se echaban miraditas insinuantes.
—Soy Douglas Haethwill, mucho gusto.— le ofreció su mano con una sonrisa demasiado falsa.
Nathaniel tragó saliva sin que ellos se dieran cuenta y estrechó la mano que el chico le ofrecía.
—Nathaniel Collinger, el gusto es mio.—respondió.
Sophia miraba a Douglas, intentando deducir que es lo que pretendia pero éste no la miraa ni de reojo.
—Disculpe que me meta donde no me llaman, no es mi asunto, pero debo preguntar— Nathaniel se frotó las manos cerca de su pecho como si estuviera a punto de escuchar una noticia demasiado jugosa—¿ustedes están juntos? Como pareja, me refiero...
Sophia abrió la boca para negarlo rotundamente pero se frenó. Hacerle creer que ella y Douglas estaban en una relacion podría ser un punto a su favor pues la noticia llegaría velozmente a oídos de... esa persona, y se descontrolaría un poco. Lo que le daba ventaja.
Volvió a tomar la mano del chico a su lado y entrelazó sus dedos tal y como habían estado minutos atrás. Él quiso alejarse por su propio bien y para conservar la poca dignidad que aún le quedaba pero no pudo acerlo. Debía ayudarla. Era lo único que podía hacer él, que estuviera en sus manos, para darle felicidad. Era la única manera de que ella se diera cuenta de que él la amaba de verdad y que haría lo que fuera por ella. Así que se quedó callado y dejó que Sophia hablara mientras él forzaba una sonrisa.
—No hay una etiqueta establecida pero sí, estamos juntos.
La sonrisa que Nathaniel llevaba pegada al rostro flaqueó un momento. Notándose lo falsa que era.
—Hacen una muy bella pareja, chicos. Enhorabuena. —felicitó con un aplauso — Cambiando de tema, ¿qué les parece si los invito a comer? Me gustaría conocerlos más, me han caído de maravilla.
Sophia rapidamente aceptó pero Douglas se negó rotundamente. No quería pasar más tiempo siguiendo con esa farsa que ella había comenzado. Estaba molesto con ella. Sentía que sólo estaba jugando con él y con sus sentimientos y él sabía que la chica no era así. Nunca había sido así. Estaba preocupado ya por pensar en todo lo que ella estaría dispuesta a hacer por cumplir su plan. Ese mladito plan que los tenía siempre alerta, impidiéndoles vivir una vida común y corriente.
—Lo siento, quiza deberían ir solo ustedes. Yo tengo cosas que hacer, nos vemos luego. — dijo comenzando a alejarse. —Ah, y fue un placer cruzar contigo, Nathaniel. Espero volver a vernos, quizás en otras circunsatncias.
Esperaba que con ese mensaje tan claro que había dejado en el aire para que Nathaniel lo comprendiera, el chico pudiese dejar de fingir que estaba de acuerdo con todo lo que estaba sucediendo. Y no podía estar más en lo correcto: Nathaniel detestaba con toda su alma fingir que no conocía a ninguno de los dos, que Douglas no había sido su major amigo tiempo atrás y, sobre todo, detestaba no tener vida propia. Detestaba ser el títere de alguien a quien debería importarle un poco más su opinión y su felicidad.
Sophia no se daba cuenta de lo que le sucedía a Douglas en el interior de sus pensamientos y se desconcertó cuando él quiso dejarla sola en ese momento que podría ser de mucha importancia para el plan. Se disculpó con Nathaniel.
—Creo que será para otra ocasión, tengo que ir a echarle una mano a mi chico. Pero me ha encantado verte de Nuevo, espero que podamos volver a encontrarnos otro día.
Nathaniel asintió y se acercó a ella para darle un beso en la mejilla como despedida. Por un lado se sentía aliviado de que no se hubiese podido concretar la comida con ellos y por el otro se sentía ansioso y un poco temeroso por la reaccion de la mente maestra de todo ese lío.
Optó por hacer la llamda él mismo y darle la noticia antes de que el susodicho se enterara por otro lado y las cosas se pusieran peor.
Al tercer tono, respondió.
—¿Y bien?—preguntó la voz grave y ronca del otro lado de la linea— ¿Has hecho lo que te pedí?
Nathaniel pensó a toda velocidad en alguna Buena manera de explicarle la situacion pero sin duda lo mas sensato y correcto era decirle tal y como eran las cosas. Así que tomó aire y se armó de valor para enfrentar el tremenda bronca que le iba a echar encima.