Marjorie sabe perfectamente lo que hace, no es una mujer tonta; quiere meterse en la vida de Braulio de la manera que sea. No solo utiliza a su hija, sino que también se aprovecha de que Braulio no ha hecho pública su separación; son pocas las personas que saben qué realidad del divorcio, todos creen que tal vez van a volver.
—Marjorie, ve a mi oficina y espérame ahí, por favor.
Braulio le da una mirada dura.
—Por supuesto, mi amor.
—Disculpen la interrupción.
—No hay problema, señor Braulio, muy bonita su esposa.
—Si están de acuerdo con la nueva idea, muy pronto les enviaré todo actualizado.
—Muchas gracias, entonces nos vamos y espero las actualizaciones.
Las dos mujeres se van. Braulio y yo nos miramos por unos segundos; Marjorie está en su oficina.
—Voy a hablar con Marjorie; en media hora tenemos la otra reunión.
—Sí, yo iré con Zoé; ya tengo todo listo para la siguiente reunión.
Me quedo un momento en la sala; no tengo ganas de ver a Marjorie; me molesta su arrogancia. ¿Cómo se atreve a decir que es su esposo si ya están divorciados?
Zoé está sentada junto a Charly; están en la gran plática. Miro hacia la oficina de Braulio; está cerrada. Tengo ganas de entrar para ver qué están haciendo, pero no lo hago.
—Hola, ¿qué chismes nuevos tienen?
—Son sobre ti. —Charly se burla.
—No lo dudo, con un exnovio infiel y que ahora él está en mi expuesto de trabajo. Claro que soy la comidilla de esta semana.
—No estamos hablando de ti, tonta. —Zoé me da una mirada comprensiva.
—Obvio no, Mavie, estamos hablando de la exesposa de tu jefe. —Baja la voz para que solo nosotras lo escuchemos.
—No sabía que esa mujer era espectacular. ¿Será natural? Si no lo es, su cirujano es excelente.
—No lo sé ni me interesa; me siento al lado de Charly.
—¿Celosa?
—No, para nada.
—Mavie, acéptalo, estamos en confianza, el jefe es muy guapo, nadie lo puede negar, está divorciado y están fingiendo ser novios para darle celos a sus respectivos ex, pero al parecer los que tienen celos son ustedes.
—Cállate, Charly.
Marjorie sale de la oficina de Braulio, esta visiblemente molesta. No nos voltea a ver. Braulio está parado en la puerta. Me está mirando, pero no me llama; solo cierra la puerta.
—¿Vas a ir con él?
—No, a lo mejor quiere estar solo.
—A lo mejor lo que necesita es que lo acompañen. —Zoé dice.
—¿Será? —les pregunto.
—Yo digo que sí.
—Yo también.
Soy animada por mis amigos para ir con Braulio.
—¿Estás bien? —entró sin tocar la puerta.
—Quiero estar solo, Mavie, por favor.
No me da la cara; está en la ventana. Me acerco a él.
—¿Qué pasa?
—Nada. —Déjame solo, Mavie.
—Pero…
—No me entendiste, quiero que me dejes solo, ya puedes irte, yo me encargaré de la entrevista, no es necesario que te quedes.
—¿Por qué estás hablándome así?
—Te pedí que te fueras. ¿No escuchas?
—Entonces me voy.
Salgo de la oficina, no sé qué le pasa; sé que tiene que ver con Marjorie. No sé qué le ha dicho, qué loca.
—Vámonos, Zoé. —Tomé de la mano a mi amiga.
—Espera, mis cosas. —Zoé me suelta para ir por sus cosas que están en mí.
Llego a casa, Braulio no está, entro a la casa, estoy cansada. Quería hablar con Braulio. Enciendo las luces de adentro y las de afuera, para cuando él llegue. Veo una hoja en la mesita de la sala, me acerco para ver qué dice. Para mi sorpresa, es de Braulio y es para mí.
"Me voy de casa, lo siento.
Puedes quedarte en casa. Ya no es
necesario fingir que somos novios".
No estoy entendiendo nada. ¿Se ha ido? Subo las escaleras, entro a su habitación, su closet está vacío, las fotografías que estaban en su buro ya no están. Voy a la habitación de Molly y tampoco está su ropa, están algunos peluches, pero la mayoría ya no entran, se han ido.
Alguien hizo de las suyas...