IV

—¡Abue!, ¡abue!.

—Sí, dulce Ava.

—¡Mira!, encontré un amigo en el bosque y escribió esto para mi, pero no entendí lo que dice... ¿me lo lees?

Sonríe y dice:—¿un amiguito en el bosque?, a ver.

El texto decía lo siguiente en hermosa letra cursiva:

" mi nombre es Odell, y lo siento pero no se lo que soy, 
¿tu también eres una criatura Como yo?
Disculpa el susto que te di hace rato... la verdad
Es que ando descubriendo que hay más allá del
Laboratorio de mi creador puesto que el ya no está allá 
¿Podrías Ayudarme?, por cierto lindo nombre Ava
Es todo un gusto".

—Eso es lo que dice querida nieta—dijo el abuelo algo preocupado por el texto, el había pensado que era sólo un juego, cerró el libro y entonces observó la portada del mismo, titulado "homúnculo"; mientras pensaba la nieta dijo:

—Entonces su nombre es Odell, pobrecito que no sabe lo que es... ¡yo lo ayudaré!

—¿por que no me muestras antes a tu amigo?

Yo escuchaba de cerca hasta que oí a la criatura Ava llamarme, bueno... ¡ya es hora!

El anciano parecía tragarme por los ojos y estaba hasta sorprendido cuando me vió, ¿que extraño no?, me atrevería a decir que nunca a visto algo similar a mí... ¿seré tan extraño? Jeje... creo que si... que vergüenza...

Por otro lado el anciano Alphonse había hojeado el libro de Odell y había visto algunos gráficos, recetas y dibujos, pero quedó impactado al ver que Odell era idéntico ante uno de aquellos dibujos y al parecer le faltaba desarrollarse más, esta tal vez era su oportunidad de demostrar ante el pueblo que era más sabio que cualquier mago o alquimista de allí, pero antes debía conocer todo sobre esta creación y por supuesto, la creación.

—Hola Odell, entonces tu eres el pequeño amigo de mi nieta Ava, ¿verdad?

Asentí algo confundido ¿qué es una nieta?

—por lo que veo me entiendes—pequeña risa—¿acaso lo que tienes son heridas?, Ava porque no vas y curas a tu amigo con la poción que compré en el pueblo y dale algo de comer.

—Sí abue.

—tu y yo hablamos, o más bien nos escribimos más tarde Odell, veo que estás confundido.

Así pasaron los días hasta tres semanas, Odell y Ava se volvieron amigos de tal forma que juntos crearon un lenguaje de señas y sonidos, hacían todo juntos desde el amanecer hasta el anochecer: correteaban, creaban cuentos, jugaban, aventuraban en el bosque, e incluso  le hacían postres al abuelo, si uno lloraba el otro lo apoyaba, si uno reía  el otro también, sin contar las veces que debían ser enfermeros el uno del otro, ella apenas con 6 años y Odell con tres de existencia, aunque ya parecía un adulto por ciertas características como aparición de dos o tres cabellos color grisáceo y arrugas que antes no tenía, aprendió todo lo básico que debía saber desde que era una familia, la comida, un hogar, que los homos se dividían entre hombres y mujeres y que además existían los animales, ayudaba a la pequeña Ava con lo que el ya sabía cosa que ella no entendía puesto que eran experimentos complicados y exclusivos del difunto alquimista y médico Paracelso.