Clara y Lucas se quedaron inmóviles por unos segundos, el aire denso y cargado de inquietud. La figura de Marcos había desaparecido tan rápido como había aparecido, y la librería ahora parecía más oscura, más sombría, como si todo en el barrio hubiera cambiado en un instante.
—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Lucas, su voz quebrada por el desconcierto. Clara miró alrededor, su mente tratando de procesar lo que acababan de vivir.
La desaparición de Marcos la dejó en shock. Había sido real, ¿verdad? ¿O acaso fue solo una alucinación causada por la tensión, el miedo? No podía serlo, algo en su interior le decía que no. El mensaje que había recibido, las palabras de Marcos, resonaban en su mente. "La Voz tiene un propósito", había dicho. ¿Y cuál era ese propósito? ¿Por qué estaban en el centro de todo?
—No lo sé... —respondió Clara, casi en un susurro—. Pero no podemos quedarnos aquí. Tenemos que irnos, encontrar respuestas.
Lucas la miró, preocupado, pero asintió. Era evidente que ambos sentían una creciente sensación de peligro, como si algo, o alguien, los estuviera acechando. La librería, antes un refugio de recuerdos, ahora parecía un lugar maldito. Clara no quería mirar atrás, pero su cuerpo la obligaba a hacerlo. Algo en su interior le decía que lo que había sucedido allí no era el final, sino apenas el comienzo.
Ambos caminaron hacia la salida del barrio antiguo, las calles parecían desiertas, como si el resto del mundo hubiera desaparecido. Los edificios, alguna vez llenos de vida, ahora solo eran sombras vacías. El reloj de Clara marcaba las 10:00 a.m., pero parecía que el tiempo se hubiera detenido.
—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Lucas, rompiendo el silencio. Clara se detuvo un momento, mirando al frente. No sabía la respuesta, pero algo dentro de ella le decía que debía regresar a su apartamento. Si la Voz estaba involucrada, si todo esto estaba conectado, necesitaría estar lo más cerca posible de su base, de su centro. Necesitaba tomar el control.
—Voy a buscar respuestas, Lucas. No puedo quedarme de brazos cruzados —respondió, con una determinación renovada—. Necesito saber qué está pasando. Y creo que la única forma de hacerlo es ir más allá de lo que la Voz quiere que haga.
Lucas la miró en silencio, sin decir nada, pero Clara pudo ver en sus ojos que comprendía la gravedad de la situación. Ya no se trataba solo de salvar a Marcos o a alguien más. Se trataba de ella, de lo que había dejado atrás y lo que la Voz quería que descubriera.
Regresaron a su apartamento en silencio, pero Clara no podía quitarse la sensación de que alguien los seguía. Cada sombra parecía alargarse más de lo normal, y el ruido de los coches en la calle parecía apagarse en el aire, como si todo estuviera conspirando para mantenerlos atrapados en ese pequeño mundo de oscuridad.
Cuando llegaron a su departamento, Clara se dirigió directamente hacia su escritorio, donde tenía su computadora. Necesitaba investigar, descubrir cualquier pista que pudiera arrojar algo de luz sobre todo esto. Abrió el navegador y comenzó a buscar sobre la Voz. Pero cada enlace que encontraba solo aumentaba su desconcierto. No había información clara, solo rumores y leyendas urbanas, como si estuviera buscando algo que no debía ser encontrado.
De repente, un mensaje apareció en su pantalla.
"Ya sé lo que estás buscando."
Clara sintió el corazón latir con fuerza. ¿Quién había enviado eso? ¿Era la Voz? No había duda de que sí. Pero había algo extraño en el mensaje. No era una llamada, no era una voz en la oscuridad. Era un mensaje directo, personal.
"Te lo diré todo. Pero primero, tienes que hacer algo por mí."
Clara miró a Lucas, quien estaba sentado en el sofá, observándola en silencio. No podía compartir todo con él, no todavía. No sabía si podía confiarle todo. Pero algo en su interior le decía que tenía que seguir adelante. El destino de Marcos, el suyo, y tal vez el de muchos otros, dependían de lo que eligiera hacer en este momento.
Escribió una respuesta al mensaje:
"¿Qué necesitas?"
La respuesta llegó casi de inmediato.
"Ve a la estación de trenes, a las 11:00. Allí encontrarás lo que buscas."
Clara sintió que el aire se volvió más denso. La estación de trenes. Ese lugar nunca había sido significativo para ella, pero en ese momento, algo le dijo que todo en su vida la había llevado hasta allí. No sabía qué encontraría, ni qué la Voz esperaba de ella, pero no podía dar marcha atrás.
—Lucas, tengo que ir a la estación de trenes. Algo va a suceder allí —dijo Clara, su voz llena de urgencia.
Lucas la miró, preocupado, pero no dijo nada. Sabía que Clara no podía evitarlo. La había visto pasar por demasiadas cosas como para no entender que estaba decidida a llegar hasta el final.
A las 11:00 en punto, Clara y Lucas llegaron a la estación. El lugar estaba casi vacío, las luces titilaban de manera extraña y el sonido de los trenes resonaba de forma inquietante. Como si fuera un lugar de paso, pero también un lugar donde los destinos se encontraban y se separaban.
Clara miró a su alrededor, buscando alguna señal, pero todo parecía estar en silencio. De repente, una figura encapuchada apareció frente a ella, tan repentinamente que Clara apenas tuvo tiempo de reaccionar.
—¿Estás lista para saber la verdad? —preguntó la figura con una voz grave, distorsionada, como si hubiera estado esperando su llegada.
Clara sintió una mezcla de miedo y curiosidad. Era el momento de enfrentarse a la verdad, de saber quién estaba detrás de todo esto, quién o qué era la Voz. No podía retroceder ahora.
—Sí —respondió, su voz firme.
La figura asintió, levantando la mano hacia el aire, como si estuviera a punto de hacer desaparecer la última capa de la oscuridad que rodeaba su vida.