La Marca

Capítulo 1

Camino a paso firme por las calles de Pittsburgh, Pensilvania, en esta época del año las noches son frías ¡Muy frías! Las calles están algo desiertas. Las pocas personas con las que me topo están absortos en sus propios pensamientos.

Varios hombros se golpean con el mío, fulmino con la mirada a más de uno. Hoy no me encuentro de buen humor. Observo algunas personas que sonríen en la calle y me pregunto ¿Que necesito para ser feliz?, es decir, estoy a tan sólo unas semanas de graduarme y obtener mi título como administradora empresarial, tengo mi propio apartamento y en el banco unos ahorros que me ayudarán a vivir por un largo tiempo.

Pero sigo sintiéndome vacía, sin ganas de continuar, desde la muerte de mis padres no he sido la misma, mis noches son solitarias y grises. Y ni hablar de esa espantosa marca en mi cuello, esos dos puntos rodeados por un espantoso color oscuro azulado, desde que la tengo me he sentido cada día peor, los médicos aún no tienen una explicación confiable pero tengo fe en que alguien podrá salvar mi vida.

Me convenzo a mí misma cada noche, sé que alguna persona espera pacientemente mi llegada ¿Quién podrá ser? Aún no lo descubro, pero un par de ojos azules aparecen en mis sueños casi todas las noches desde que mi salud comenzó a deteriorarse.

Sigo caminando inmersa en mis pensamientos, sin ganas de continuar viviendo, quizas piensen que soy una dramática pero a este punto ya no me importa.

Cuando por fin llego al edificio de color negro y ventanas blancas sonrío satisfecha, debí tomar un taxi, pero no, yo quería caminar. 

Cruzo la calle cabizbaja pero apresurada y me tropiezo con alguien, avergonzada subo la mirada y lo veo.

Un hombre alto y musculoso me observa fijamente, un escalofrío recorre mi cuerpo cuando me encuentro con sus penetrantes ojos azules, son tan similares a los de mi sueño, su cara esta cubierta con un pasamontañas negro, pero aun así puedo ver mechones rebeldes castaños sobresalir, acariciando su piel color perla, parece un dios, uno muy hermoso.

Me observa evidentemente molesto, intento que las palabras salgan de mi boca pero no tengo éxito, me siento intimidada y casi petrificada frente a él.

» ¿Cómo iba a verlo? «

Si estaba todo de negro, lleva puesto un abrigo negro y unos pantalones de vestir del mismo color, además de unos zapatos a juego, sin duda alguna lo que más me impactó fue su embriagador aroma.

-Una foto duraría más- comenta, me ruborizo y el me observa serio.

-Disculpa yo...

-No tengo tiempo para esto- espeta con fastidio, entrando a una enorme limusina, antes de adentrarse en ella, me regala una última mirada con sus preciosos y sombríos ojos azules.

Tiene una mirada tan hermosa, lástima se comporte de manera arrogante, él sí que es un hombre de esos que no tendré la dicha de conocer, una verdadera lástima, quizás en unos meses ya esté muerta si mi hemoglobina sigue bajando.

Se marcha y me quedo de pie en la calle confundida por su actitud, pero no le doy la mayor importancia, así que entro a mi edificio y subo hasta mi apartamento. Enciendo la luz y reviso mi contestadora en donde extrañamente hay un mensaje.

-Señorita Wilkins, le estamos llamando de la compañía Laughton Inc. Para informarle que el día de mañana tiene una entrevista con el señor Dimitri Laughton a las 10 de la mañana, se le agradece puntualidad o perderá su cita.

Sonrío emocionada, así que corro al baño, tomó una ducha rápida y me preparo para dormir.

»Al fin una buena noticia«

La mañana siguiente, me despierto con el odioso sonido del despertador, ¿Soy la única que odia esa alarma? Molesta camino hasta la ducha y doy un salto al sentir el agua fría correr por mi piel. Esto sí que me ayuda a despertarme, miro el reloj y noto que son las 7 »Bueno es temprano aún tengo tiempo para prepararme«

Salgo hacia mi closet, tengo tiempo de sobra, así que con paciencia elijo mi atuendo. Me decido por una falda tubo de color negro, una franela de tela gruesa del mismo color y un blazer azul marino junto a unos tacones y una cartera negra con plateado.

Coloco todo sobre la cama y lo observo.

»Sí, en definitiva esto será fantástico«

Me siento frente al tocador, donde tengo todo mi maquillaje, perfumes y el pequeño rincón que utilizo para ocultar mi terrible apariencia. Observo en el espejo lo pálida que luzco esta mañana, giro un poco mi cara y bufo al ver esa horrible marca, de color feo, una lágrima recorre mi mejilla, estoy cansada de todo esto.

»¡Genial!, ahora tendrás ese color rojo anexado a tus espantosas ojeras negras« tomo el corrector y comienzo a cubrir la marca, al terminar maquillo mi rostro y sonrío satisfecha al ver algo de color en mi cara, pero hago una mueca al ver el reloj tengo una hora y media para llegar a mi cita, de no ser por mi espantosa apariencia tardaría menos en alistarme, quizás un brillo labial y algo de rubor sería suficiente.

Camino hasta la cama y comienzo a deslizar la falda por mis delgadas piernas, los ojos azules del hombre de anoche llegan a mi mente. Mi piel se eriza y muevo la cara reprimiendo ese recuerdo, termino de alistarme, tomo mis cosas y salgo en dirección a la compañía Laughton Inc.

Media hora después el taxi se detiene frente al imponente rascacielos, le pago al taxista y con nervios camino hasta el lugar. 

Una chica muy amable me sonríe desde el mostrador, tiene una hermosa melena pelirroja.-Bienvenida, buenos días- me saluda.- ¿Eres Evangelinne Wilkins?- pregunta, asiento y ella sonríe de lado.

-Toma es el último piso, el señor Laughton debe estar por llegar- Me extiende un carnet con el logo de la empresa.

Tomo el carnet pero soy tan despistada que se me resbala y cae al suelo. Me agacho para recogerlo, una mano fría también lo sujeta y cuando subo la mirada lo veo.

Dejo el carnet en el suelo y me pongo de pie con rapidez, él lo recoge y me lo extiende nuevamente.




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