Mis días (odiando) amando al Sr. Harris.

Capítulo 9: Encierro conmigo.

Y no creí que las cosas iban a ser tan ocurrentes y divertidas, pero así fluyeron a tu lado, es extraño, sin embargo, me gusta...

KEAN HARRIS

Tras terminar la junta con los Beckett, he regresado a mi casa. Mi abuela no estaba, me imagino que saldrá a relajarse, es una señora demasiado lujuriosa y le encanta salir a gastar todo el dinero que pretende tener gracias a la empresa que maneja mi abuelo y mis padres. 

Mi abuelo, Harvey Harris, es el mejor de todo el universo, es mi segundo padre, al menos mis papás se han sabido comportar de buena forma conmigo y no ser ausentes. 

Observo en el televisor las noticias, eso es algo importante. 

Anuncio de meteorología: Informamos a los que viven en York, favor mantenerse en sus hogares, el clima se va a tornar intenso, arropando toda la ciudad de nieve y ráfagas de aire. Recomendamos quedarse en sus viviendas, puesto a que no será prolongado. 

Se estima que sea de veinticuatro horas empezando en la noche. 

Esto ha sido todo de esta sección.

«Interesante, creo que se me ocurrió una maravillosa idea para fastidiar».

Aquí me encuentro jugando con mi hija en su habitación, es un día totalmente lluvioso, me encanta cuando el clima se torna frío, así puedo pasar unos días de calidad con ella. 

Siento mi celular vibrar y veo que es mi madre. 

—Hola, mamá, ¿todo en orden?

—Hola cariño, sí. Te llamo para avisarte que Kenzie, tu padre, abuelo y yo estaremos fuera de la ciudad unos días en una junta, ya sabes, tu hermana tiene que presentarse a unos socios y nosotros por ser la cabecera igual. 

—¿Y por qué yo no voy? —eso me indigna. 

—Primero, alguien debe quedarse cuidando la empresa, segundo, ella es quien nos está ayudando con el marketing, tú estás de líder en los demás departamentos, por otra parte, debes entrenar a la Beckett, no puedes venir a estas juntas Kean, no fuera de la ciudad hasta que ella esté al cien por ciento para enfrentar la empresa. 

Me quejo un poco, sin embargo, ella tiene razón. 

—Bien, mamá, está bien. Aquí se pronostica una tormenta, tengan mucho cuidado al retornar. Si se pueden quedar en una de las villas que tenemos fuera de la zona es mucho mejor. 

—Eso venía escuchando tu abuelo en la radio, lo haremos hijo, ¿dónde está tu abuela?

—No tengo ni la más mínima idea, estaba llevando a Leigh a su casa. 

—Vuelve a buscarla, la vas a necesitar con esa tormenta junto a Keilanny. 

—Eso pretendo, aunque ella debe descansar —. Me preocupa que haya dormido mal, bueno, quizá no tanto. 

—Comprendo, sin embargo, ese es el acuerdo, si necesita eso dile que duerma un poco en lo que te sientes listo para atender a Keilanny, debes terminar todos los planos y hacer la revisión en casa, no te demores con eso, de paso le muestras lo que tenemos. 

—Bien, mamá, lo haré antes de que esta tormenta comience, nos hablamos luego. Te amo. 

—Igual te amamos hijo. 

Cuelga y mi hija me abraza. 

—Papá, sé que no puedo escuchar conversaciones ajenas, pero si tienes mucho trabajo, deberías buscar a tu colibrí. 

Mis mejillas se ruborizan cuando dice tu colibrí. 

—A-ah, sí, hija, recoge tus juguetes, v-vamos a buscarla para que se quede con nosotros. 

Salta de felicidad y comienza a guardar todo a la velocidad de la luz. No pensé que ella se fuese a emocionar tanto con la mujer que más odio en este mundo. 

No la soporto y, no quiero dejar de ser la persona fría que siempre he sido, al menos no para mi hermana y mi hija. Hasta para mis padres siempre he tenido un fuerte carácter. 

—Ya, papá, vamos a buscar a Leigh —me sujeta de la mano haciendo que me ponga de pie, para tomar mis llaves. 

Decido escribirle primero para que vaya guardando sus cosas para venir a quedarse conmigo en la casa. 

«Quedarse conmigo en la casa, le haré la vida imposible, que conveniente». 

—Colibrí, alista tus cosas que dormirás en mi casa, tengo mucho trabajo y necesito una mano con Keilanny, también con los planos de la empresa y me vas a ayudar.

Unos minutos después, en lo que le recojo la coleta a Keilanny veo su mensaje. 

—¿Dormir en tu casa?, ni modo, creo que si me opongo no voy a tener opción. ¿Vas a pasar por mí?

No sé por qué me saca una sonrisa saber que ella no puso pretextos, supongo que Leigh-Anne igual tiene algo en mente para molestarme. 

—Sí, ya vamos Keilanny y yo por ti, me tiene tirando de mi mano para que nos vayamos. 

Cargo a mi pequeña y nos retiramos a buscar a su querida Leigh. 

No sé si unirlas de tal modo me será luego contraproducente, sin embargo, dejaré que fluya. 



#13672 en Novela romántica
#2542 en Chick lit
#2570 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, enemiestolovers

Editado: 24.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.