Mis días (odiando) amando al Sr. Harris.

Capítulo 10: Broma inusual.

Esto sí que se ha salido de control entre nosotros, ¿ahora tengo que estar contigo las veinticuatro horas?

Un rato más tarde. 

De retorno en la casa de los Harris.

KEAN HARRIS

Ya estamos en mi casa y no veo la hora de hacer un par de bromas para molestar a Leigh-Anne. Ahora mismo estamos todos en la sala, las mucamas están en sus hogares y solo nos encontramos los tres. 

Nos veo a todos y lo que puedo notar es a una familia de tres, sería hermoso que la figura materna de mi hija no fuese tan egoísta y codiciosa, aunque ya no siento afecto por ella. 

Sin embargo, ella a Leigh la ve como eso… tengo miedo de lo que pueda suceder, no obstante, dejaré que todo siga a su curso. 

—Keilanny, sube a tu habitación para que Leigh vaya contigo en un momento con algo de merendar y me mire estos planos un momento, ¿si mi pequeña? —acaricio su cabeza mientras ella asiente.

—Sí, papá, está bien. 

Ella recoge sus dibujos y va a la habitación como le indiqué hace un momento. 

Leigh se pone de pie y me mira fijamente. 

—Oye, Harris —me hace un gesto de odio y me señala a la cocina. 

—Señor Harris, ya te he dicho —niega. 

—No me insistas, sabes que me costará mucho llamarte así, el día que eso pase, es cuando de verdad ya me agrades.

—Tranquila, no es como que quiera agradarte tampoco. En fin, —suspiro—, ¿qué necesitas?

—Pues, que me digas que haremos de merienda, ya la tormenta empezó, hace frío. 

—Quizá chocolate caliente con malvaviscos, eso sería genial, además a Keilanny le encanta. 

—Eso será, entonces, regla con patas. 

Y en ese momento ella gira a verme, su mirada se queda fija en mi ser. Ahora que la veo un poco más de cerca si debo de decir que es bonita y me gusta la forma de sus ojos. 

—T-te buscaré todo, fea. 

«Sí, empieza a molestarla ya».

—Que raro, hace un momento no parecía que fuese fea. Digo, por la manera en la que me miraste —ahora se mueve tomando el chocolate que tenía en las manos. 

Colibrí 1, Regla con patas 0.

—Pues eres horrible, ten eso en cuenta, colibrí. Ahora hagamos esto que tengo mucho trabajo que hacer. 

No dice nada más y asiente comenzando a preparar. En ningún momento me imaginé que ella supiera algo de cocina. 

—¿Sabes cocinar o eres de las que quema la cocina? —río a carcajadas y se gira nuevamente a verme con cara de pocos amigos. 

Apoyo mis manos de la meseta de preparación y me quedo mirándola detrás de ella, me tiene incómodo esta cercanía con Leigh, puesto a que la odio demasiado y está buscando de cualquier modo u otro molestarme. 

Me gusta el olor que emana de su pelo, es tan cálido y bonito, eso inunda mis fosas nasales, trayendo una absoluta paz a mi ser. 

Nunca pensé que ella estaría conmigo aquí, sin embargo, debo cuidarla también, lo hago precisamente por ese aspecto, no solamente para ayudarme. 

Cuando espera el proceso, ella se acerca a mí y se pone igual que yo a mi lado, dejando sus manos cerca de las mías. 

Esto no me agrada porque tengo mucho tiempo sin tener tan cerca a una mujer tan determinada y decidida, lo cual me tensa. No solo será un reto para ella, igual lo será para mí. 

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NARRADOR OMNISCIENTE

La pequeña Keilanny observa desde las escaleras a su papá y a Leigh-Anne, lo cual le da gusto verlos unidos. Ella comprende a su corta edad que su padre no es muy amigo de ella, aunque deben de estar juntos trabajando ahora. 

Tiene algo en manos y pretende gastarle una linda broma a ellos, de la cual no van a deshacerse tan fácil. 

—Creo que esto lo va a tener unidos por un buen rato. 

Hace una risita malvada. Ella es curiosa y siempre trata de hacer sonreír a su padre porque siente que el estar sin nadie a su lado puede tenerlo triste. Inocencia de niños. 

Mientras, siente que Leigh, puede ser una buena compañía para él y, la quiere mucho en tan poco tiempo relacionándose con ella. 

Va descalza y de puntillas para que no la noten, puesto a que hará algo sin su consentimiento. 

Ellos están concentrados mirando el chocolate, hacerse y, obviamente, con su constante competencia de “la regla con patas y el dócil colibrí”, lo cual le causa gracia a la niña. 

Sube por detrás de la meseta de preparación, como puede se lanza sin ser escuchada, y coloca una esposa en cada muñeca de ellos. 

—¡Keilanny!, ¡ven aquí!, ¿de dónde sacaste eso?

Ríe y gira por todo el espacio. 

—Eso no es necesario ahora papá. —Esboza con una sonrisa—. Disfruta tu unión con Leigh, ustedes tienen que ser amigos. Los dejo, ¡chau, chau!

Se despide con su mano pequeñita. Kean trata de acercarse a su hija, pero se lleva a Leigh de un tirón, la cual estaba a punto de servir el chocolate, por suerte, no pasó a mayores y nadie se quemó con eso caliente. 

A ver como acaba esta broma con ellos tres, sin duda la pequeña es más sabia y terminó ganando. 

Colibrí 1, Regla con patas 0, Keilanny 3000.

 



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En el texto hay: romance, enemiestolovers

Editado: 24.08.2022

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