32.- Lo siento.

-Oye, a mí no me dejes hablando sola, le digo casi corriendo a alcanzarlo, lo siento si, tampoco te voy a rogar, ¿¡¡sabes que!!? no tengo tiempo y has lo que quieras, no tengo tiempo para esto, ruedo los ojos y me doy la vuelta aun tengo una lista de super que cumplir.

Voy caminado y toman mi mano, veo que es Sebastian está vez volteo para no golpearlo.

-¿Tú no entiendes verdad?, le digo seria.

-Oye te perdono, solo me fui para ver si realmente de importo y al parecer si.

Oye ¿Qué acabo de decir, el payaso sexy?, jaja por favor yo interesada por el pff, aja.

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-Okey, gracias por perdonarme, pero no te seguí porque me importes si no porqué fue un error haberte golpeado. Le digo.

Comienza a reírse, - No me dolió golpeas muy suave y si no te importo bien dejémoslo así, bonita algún día lo aceptaras.

-En tus sueños payaso, ahora vete de aquí, le digo.

- ¿Ahora eres dueña de la calle?, me dice irónico.

-No pero comienzas robar oxígeno, así que es mejor que te vayas, le digo burlonamente.

-¿Ya has pedido permiso para salir?, me pregunta.

¿Qué no oyes?, yo te aviso okey, mejor vete que no tengo tiempo hoy no, le digo seria.

Cuando iba a decir algo, el chico que venía, manejando el carro se baja del vehículo y se acerca a Sebastián, el chico es alto, de piel blanca, cabello café oscuro, es atractivo y sus ojos son verdes igual que los de Sebastián, pero menos intensos.

-Vámonos Sebastián, tengo cosas que hacer, por cierto, hola guapa, me dice.

¿Y ese de dónde salió o qué?