7 De corazón a corazón (Quiana Varela)

Queridas xuráves (estrellas):

Soy Quiana, la mujer a la que Fabrizio Girardi insiste en llamar su luz, su amor verdadero. Y aunque a veces creo que exagera… debo admitir que es un hombre difícil de resistir. Pero esta carta no es para hablar de mí ni de él, sino de ustedes, las mujeres que nos han seguido, que han reído, llorado y soñado con nuestra historia.

Cada vez que leen nuestras páginas, siento que conectamos, como cuando uno siente esa cercanía en el alma, como el aroma a tierra mojada que se lleva el viento en Jalisco. Ustedes, con su lealtad, nos dan vida. Me gusta imaginar que, en algún rincón del mundo, hay alguien suspirando con cada palabra de Fabrizio, o sintiendo esa mezcla de miedo y pasión que nuestras vidas inspiran.

Sé lo que significa amar con todo el corazón y, a veces, perderlo todo en el proceso. Es como un buen tequila: nos da sabor, nos llena de fuego, pero a veces, también nos deja esa sensación amarga. Por eso, quiero compartirles un pensamiento esta Navidad: nunca permitan que el miedo las detenga. El amor, en todas sus formas, merece ser vivido con intensidad, con fuerza y con esperanza. Ustedes son valientes, más de lo que creen, y esa valentía es la que ilumina cada rincón de su vida, como la luz del sol que se filtra entre las montañas tapatías.

Mi amami Lourdes, me enseñó que el amor no es solo lo que sentimos por los demás, sino el que nos damos a nosotras mismas. Ella siempre solía decir que, aunque la vida nos dé golpes, el amor tiene esa fuerza para levantarnos, para sanar nuestras heridas. En alguna de nuestras conversaciones, cuando aún se encontraba lúcida, me aconsejó no temerle al futuro, porque el amor verdadero nunca se pierde, siempre regresa, incluso cuando menos lo esperamos. Como un buen chile en nogada, que aunque puede ser picante, siempre deja ese sabor a hogar que reconforta el alma.

En estas fiestas, espero que encuentren ese tipo de amor que llena los vacíos, que les da fuerzas y que las hace sentir completas. Pero, más importante aún, espero que se den ese amor a ustedes mismas, porque son dignas de él.

Gracias por ser parte de nuestra historia, por cada emoción que nos regalan. Fabrizio y yo tenemos algo muy claro: sin ustedes, nada de esto sería posible.

Con cariño y gratitud,

Quiana Rebecca Varela

Neonatóloga y bien jaliscience