Capitulo 1

—Y por eso… quiero preguntarte Aida ¿Quieres ser mi novia?

Estaba a punto de darle un bocado a mi helado de menta pero tras esas palabras me detuve, la cucharita se quedó en el aire al igual que mis pensamientos, mi corazón comenzó a latir rápido, podía sentir como mis ojos temblaban, de pronto un escalofrío recorrió por mi cuerpo provocando que la cucharita caiga al piso.

Las personas que estaban en el restaurante voltearon a ver nuestra mesa, un pánico dentro de mi crecio en mi, sin pensarlo mucho procedí a recoger la cucharita, volví acomodarme, mire a Jake sus ojos estaban brillando, estaba ilusionado con mi respuesta y se notaba que estaba ansioso por saberla.

En ese momento yo también estaba ansiosa de saber que respondería, sin embargo ninguna palabra salió de mi boca, un suspiro mío fue el que rompió el silencio.

—No es necesario que me respondas ahora, tomate tú tiempo, que todavía…

—Si quiero ser tú novia —solté de repente, cortando sus palabras

—¿Lo estas diciendo enserio?

Asentí levemente con una sonrisa cerrada en mi rostro.

Jake se levantó de su silla, tomó de mi mano para levantarme junto a él, sus brazos no tardaron en rodear mi cintura al igual que sus labios sentir los míos. Por mi parte alce mi mano para tocar su rostro y profundizar más el beso.

Mi cabeza solo pensaba, si esta había sido una buena decisión o es que estoy cometiendo algún error ¿Ya estaba lista para comenzar una relación?

Habían pasado tres años desde que… alguien que me enseñó a amar había partido de mi vida, y cuando conocí a Jake él sabía por todo el dolor que estaba pasando aun así él decidió esperarme, creo yo… que es momento de darle esta oportunidad.

—Te amo Aida, prometo cuidarte y amarte hasta donde me lo permitas —declaró, dejándome un beso corto plantado en la frente.

La noche se hizo más oscura, era hora de ir a casa, Jake abrió la puerta de su carro para poder subir, notaba que él estaba feliz de haber aceptado, pero yo solo me comía la cabeza con sus palabras o bueno con una especial.

“Te amo”

Dos palabras y cinco letras habían causado en mí un temor inminente.