Capítulo 1:

Charlotte una agradable chica, la cual no pasa desapercibida en ningún lugar. Tiene una estatura más bien alta, pero su cuerpo no es lo que desearías, es gordita... O sea, es como un osito grande.

No ha tenido una infancia buena, pero a pesar de eso ha seguido adelante, al perder a sus padres en ese horrible día en el carro, no volvió a ser la misma.

Un día a su colegio llega un joven al cual encontró muy guapo, realmente es guapo, su nombre es Tom Carris, llegado de Europa.

Narra Charlotte:

Primera impresión... ¿Importante? Yo creo que sí y no le di la mejor impresión, cuando llegó todos se estaban burlando de mí a causa de mi gordura.

Me sentía una ballena, una verdadera morsa, pero ya después de tantos años entendí que llorar no soluciona nada, solo hace que el resto te vea feo.

Narra Tom:

Pero que colegio más aburrido este al cual llegue – dice mirando desde la entrada – esperen se ve que por allá hay diversión – sonríe – se ríen de una morsa que está en el suelo, no llora, raro, pero interesante... La hare llorar.

Tom: ¡Hey tú! ¡Párate! Obstruyes el camino para la gente decente, mueve tu asqueroso cuerpo gorda – le digo con desprecio

Char: No estaría aquí si no me estuvieran molestando – dice mientras baja la mirada

Tom: Bueno no es mi culpa que seas una morsa y no te preocupes de ti... ¡Muévete!

La miro *¡Lo logre! Está llorando* sonrío

Xx: Hola guapo ¿en qué te ayudo? – dice una hermosa chica.

Tom: ¿de dónde salió tanta hermosura? – Le digo con una sonrisa coqueta – Mucho gusto me llamo Tom y tú ¿cómo te llamas?

Xx: Mi nombre es Camila, mucho gusto – me sonríe – Pero mejor hablemos lejos de toda esta gente que nos molesta, sobre todo esa gorda que odio tanto.

Narra Charlotte:

Ya lo vieron, Así me trato Tom, las cosas no cambiaron con el tiempo, lo único que cambio fue que me odiaba cada día más.

Tener que pasar por esto día tras día, era agotador, el solo hecho de mirarme al espejo es un martirio, no poder sentirme bien conmigo misma.

De seguro se preguntan, ¿Por qué no te cuidas?, es porque no me dan las ganas, porque no tengo fuerza de voluntad para hacerlo, estar sin mis padres me hace sentir sola y sin sentido, sigo estudiando porque los servicios sociales me obligan, pero cuando cumpla la mayoría de edad ya no haré más que esconderme y dormir, siento que ya nada tiene sentido para mí, porque esa frase trillada que llevo años escuchando de: “si no te amas, nadie te va a amar”, parece cobrar sentido en mi vida, nadie me quiere, por fea…

Charlotte una agradable chica, la cual no pasa desapercibida en ningún lugar. Tiene una estatura más bien alta, pero su cuerpo no es lo que desearías, es gordita... O sea, es como un osito grande.

No ha tenido una infancia buena, pero a pesar de eso ha seguido adelante, al perder a sus padres en ese horrible día en el carro, no volvió a ser la misma.

Un día a su colegio llega un joven al cual encontró muy guapo, realmente es guapo, su nombre es Tom Carris, llegado de Europa.

Narra Charlotte:

Primera impresión... ¿Importante? Yo creo que sí y no le di la mejor impresión, cuando llegó todos se estaban burlando de mí a causa de mi gordura.

Me sentía una ballena, una verdadera morsa, pero ya después de tantos años entendí que llorar no soluciona nada, solo hace que el resto te vea feo.

Narra Tom:

Pero que colegio más aburrido este al cual llegue – dice mirando desde la entrada – esperen se ve que por allá hay diversión – sonríe – se ríen de una morsa que está en el suelo, no llora, raro, pero interesante... La hare llorar.

Tom: ¡Hey tú! ¡Párate! Obstruyes el camino para la gente decente, mueve tu asqueroso cuerpo gorda – le digo con desprecio

Char: No estaría aquí si no me estuvieran molestando – dice mientras baja la mirada

Tom: Bueno no es mi culpa que seas una morsa y no te preocupes de ti... ¡Muévete!

La miro *¡Lo logre! Está llorando* sonrío

Xx: Hola guapo ¿en qué te ayudo? – dice una hermosa chica.

Tom: ¿de dónde salió tanta hermosura? – Le digo con una sonrisa coqueta – Mucho gusto me llamo Tom y tú ¿cómo te llamas?

Xx: Mi nombre es Camila, mucho gusto – me sonríe – Pero mejor hablemos lejos de toda esta gente que nos molesta, sobre todo esa gorda que odio tanto.

Narra Charlotte:

Ya lo vieron, Así me trato Tom, las cosas no cambiaron con el tiempo, lo único que cambio fue que me odiaba cada día más.

Tener que pasar por esto día tras día, era agotador, el solo hecho de mirarme al espejo es un martirio, no poder sentirme bien conmigo misma.

De seguro se preguntan, ¿Por qué no te cuidas?, es porque no me dan las ganas, porque no tengo fuerza de voluntad para hacerlo, estar sin mis padres me hace sentir sola y sin sentido, sigo estudiando porque los servicios sociales me obligan, pero cuando cumpla la mayoría de edad ya no haré más que esconderme y dormir, siento que ya nada tiene sentido para mí, porque esa frase trillada que llevo años escuchando de: “si no te amas, nadie te va a amar”, parece cobrar sentido en mi vida, nadie me quiere, por fea…