Prólogo

Allí estaba yo, no era la primera vez que estaba en un hospital, pero sí era la primera vez siendo quien estaba en la camilla, despidiéndose de sus conocidos. La primera vez, fue al despedirme de mi medio hermano, el cual el cáncer lo mató. La segunda fue con la muerte de mis padres. Y ahora era yo quien se estaba despidiendo, miles de veces me imaginé como sería estar en esta posición, pero siendo sincera...estaba serena, no temía por mí, si no por él.

Jamas pensé que me enamoraría así, ya había tenido relaciones amorosas, pero sí mi memoria no falla, anteriormente no había sentido algo así, tan fuerte, frío y sombrío, tan adictivo. Pero heme aquí, soñando despierta. La víctima que me ha causado esto: mí mejor amigo, durante cuatro largos y tediosos años estuvimos separados, pero por obra de él "Destinó" estamos de vuelta juntos.

Al principio era como antes, pero cada vez que estaba con él sentía mi sangre hervir de deseo, y como mis ojos se transformaban en un par de corazones al verlo cada día, hacerlo mío, y que sepa que esta seguro conmigo, ¡Pero es mí jefe! ¡Maldicion! — pero también tu mejor amigo — muchos decían que por ser su amiga había conseguido un puesto laboral en la empresa tan alto, sí es cierto ¿Quien no sacaría provecho de esa situación? Yo lo hice, no solo para hacer mis prácticas, sí no para estar con él.

Su blanquecina piel, empezaba a tomar colores mas vivos, tal y como le sucedía al invierno con la primavera. Finalmente lo hice camine con la mirada en alto, recibiendo criticas con la mirada, por parte de mis compañeros de trabajó.

— ¿En que puedo creer? — lo miré a los ojos, sintiendo mí corazón de hielo derretirse.

— Cree en esto — sin titubear junto nuestros labios —. Y en esto, y esto.

El caminó de besos, recorriendo cada fibra de mi cuerpo, frío y muerto, su alma tan dulce y querida se estaba condenando al entregarse a la mía, sus labios eran dulces e únicos, y los míos simples y vacíos, me entregue al dulce hechizó de amor que él me lanzó, pero todo tiene su fin, ¿No es así? Adiós Benjamín...