Prologo.

¿Crees en el karma? ¿en el destino? ¿en dios? ¿en verdad hay alguien para todos? ¿de verdad existe el amor?

El destino en verdad es una mierda en toda su expresión, siempre pensé que el enamorarme era tan hermoso como la hacían ver en las películas, como mis padres me lo habían echo pensar en el tiempo que estuvieron juntos, nadie nunca me dijo lo peligroso que era el echo de enamorarme, lo peligroso de tener ese sentimiento a veces tan necesario en la vida de un humano. 

Bueno tal vez no precisamente era peligroso el echo de enamorarme, más bien era peligroso el echo de quien me enamoraba, por quien tenia ese sentimiento tan fantástico. Nadie nunca merecía sentirse tan mal como yo me sentía después de esa noche, después de sentir sus manos por todo mi cuerpo sin yo poderme defenderme, odiaba cada noche a solas mi cabeza me hacia recapitular todo en mis sueños, ese maldito infierno que viví durante meses se repetía una y otra y otra vez, no podía más y cuando comenzaba a lograr sobrellevar más la situación a solas, todo se derrumbo mi zona de confort comenzó a romperse poco a poco, todo se estaba volviendo a repetir, solo que ahora estaba el, mi muchachote.