Day one

Min Yoongi era un patético estudiante de letras en la Uartes que era conocida por ser el lugar donde la mayoría de estudiantes consumía o vendía marihuana. Mientras que su mejor amigo , el incansable Jeon Jungkook era un estudiante de cine que ganaba más dinero que iba a ganar el primero escribiendo algún libro.

No hay que explicarte cuan guapo era el tal Juan ese, solo con ver fruncir sus músculos al agarrar su maleta, deja a más de una sin aliento o en este caso más de uno. Y lo peor de este caso era que sus dos mejores amigos eran unos bombones, ese Kim Tae Hyung y el Park Jimin provocaban las fantasías más sucias de todos los estudiantes.

Y como el Yongo bongo era bien lerdo, no intentaba nada para ganarse el corazón del más guapo de la Uartes, ya que ni hablar al frente de él podía, se quedaba mudo y sus ojos chinos se quedaban hechas rayitas.

¿Y cómo chicos coreanos habían llegado a Ecuador? Nadie tenía la más remota idea más que la mitad estaban bien guapos aunque parecieran muñequitas de mármol que eran más no me mires, ni me toques.

—Eh...—le iba hablar, seguro que sí, además eran amigos, bueno, compañeros de kínder, pero era casi lo mismo. Más o menos. Entonces sería fácil hablarle. Pero ¿por qué lo decía y no lo hacía? Es que era un pendejo de verdad.

Su mejor amigo, el Jhope, estaba fumándose un porro, viendo con gracia como su mejor amigo no se atrevía a más que sea saludarle. Era una vergüenza ver a su amigo de esa manera, pero era eso o la depresión, así que prefería burlarse de otra vida amorosa a la suya.

—Yo... eh... yo...—tartamudeo al ver como su crushito pasaba de largo sin ni siquiera verle. Su boca se quedo abierta, Hoseok se río hasta tener dolor de barriga, sin embargo, había algo raro en el ambiente... una persona se había quedado parado al frente del manojo de nervios aka Yoongi bebu.

—Se te ha caído el papel.

—¿Q-qué?

—El que te envuelve, bombón.

Y ese día, Kim Tae hyung no sintió los dulces labios de Min Yoongi, más bien sintió un dolor punzante recorrer toda la cabeza.

—Un buen golpe, cabrón.

Porque aunque Min Yoongi era un tierno cupcake a lado de su crushito, era un total patea traseros si no estaba.