Estralls de memòries

Con la piel de la mentira tu te cubriste
Y aún sabiendo eso, siempre fuiste la mentira más dulce que mi paladar pudo dictar.

De la verdad mis ojos te quisieron pintar, en cambio mi boca nunca te supo cordinar.
Fuiste ese soneto que a mí tocar lúgubre llegaba a sonar.

Eras la más fina melodía, que a mis oídos llegaba sin cesar.
Y al mas fino roce se llegaba a distorsionar...

Y entre tanta charla que decir, mis mentiras siempre se hacían presenciar, pero a tu lado parecía que volvían a desvanecer.
Pues al momento de tocarte, sentía que en mil pedazos tu te llegarías quebrar.

Y entre tanta mentira ahí algo que si te puedo asegurar y es que si tú llegas a quebrar las piezas yo llegaría juntar, más dudo que la pueda unir...

Pero, si Ami lado aún llegas a estar puede que a tu tempestad, yo le ponga final...

O puede que vagemos en un destino tan incierto y vanal, que con paso firme yo te haga seguirme .

Pues ven y toma mi mano, aver si aguantas el paso, y si a medio camino decides abandonar de tu vida a mi ya no me verás...
Y más sin embargo de tu paladar la pregunta insesante yo logró escuchar..

~¿Que eres tú para mí?~

Esa respuesta a tus oídos yo la mandaré, en forma de verso, y estrofa.
Más la metáfora se la llevará...
Por ahora lo dejaré así.

Eras la más viva imagen de Inocencia e ingenuidad...
Eras como un lirio que a las demás flores las llegabas a confundir.

Y como a la rosa más bella la llegan a arrancar, yo en mi lecho de mal te deje florecer...

Pues si te llegaba a arrancar, mis espinas y raíces, te pudieran matar...

Y aún así en un maldito y bendito hanabaki yo me convertí.
Pero esa flor a mi lado siempre permaneció...