El Hijo Oculto Del Príncipe

Capítulo 10

Fue indignante para Osiris que Aiden pagara una cantidad tan absurda de dinero como para que solo tuviera exclusividad para él como si fuera una mujer de compañía. Eso la enfureció a tal grado que no se presentó ante él y se negaba a hacerlo porque sabía que lo mandaría al rayo.

Había pasado un par de días desde que Laura le dio la noticia emocionada como si eso era motivo de celebración. Está tan enojada con ese hombre que no sabe ya ni como ser feliz nuevamente. ¿Acaso por haberse acostado y casado con él en Las Vegas él ya piensa que ella es una mujer fácil? ¿Por qué haría algo tan denigrante como pagar para obtener exclusividad como si se tratara de una prostituta? Entre más lo pensaba más se enojaba con la existencia de ese hombre.

Ana estaba siendo presionada por Aiden, se había presentado mintiendo sobre la salud de su amiga, le dejó en claro a sus clientes que Osiris estaba indispuesta cosa que Aiden no se tragó, pero no pudo preguntar más al respecto, Carlota no lo dejaba estar.

Izan, por su parte estaba feliz de tener a su mami solo para él, han sido los dos días más divertidos que ha tenido en mucho tiempo y es porque siempre lo llevan a ver a su abuelita. Ha sido todo un sueño para el niño, pero observar la acalorada discusión le hizo saber que ya no tendría más a su madre y era por ese indecente como le dice su mami.

―No puedes evitarlo, Osi. ―Ana se desesperó. ―El hombre pagó por los servicios.

―¡No he firmado el contrato! ―Tiró los papeles sobre la mesa. ―Pueden devolverle su dinero, no nos hace falta. ―Laura lamió sus labios, la situación se había complicado demasiado.

―Izan, cielo. ―Le sonrió a su sobrino. ―Ve a prepararte, pronto tendrás que irte. ―Izan obedeció al instante, no quería estar ahí. ―Osi. ―Laura miró a su mejor amiga. ―Esto nos pondría en una mala posición. ―Indagó en sus ojos. ―Lo comprendo, créeme que sí. ―Le sonrió con cariño. ―Es difícil, es el padre de tu hijo, se casará con otra mujer por órdenes de su padre, te tiene a ti en medio de todo, pero debes comprender que él no sabe que Izan es suyo. ―Sacó el aire por la boca. ―Te lo estás tomando muy personal. ―Negó apretando los labios. ―Entiendo tu punto de vista, pero también sé que somos las mejores y esa mujer se enamoró de nuestro trabajo incluso antes de que supiéramos quién es el novio. ―Acarició su brazo. ―¿No te has puesto a pensar que tal vez él solo quiere malcriar a su prometida?

―Además. ―Ana también le sonrió. ―La boda está a la vuelta de la esquina, tenemos mucho por hacer y que nos dividamos con otros clientes nos quita tiempo con ellos. ―Osiris se sentó, ¿Acaso había estado reaccionando de manera exagerada? ¿Estaba ella siendo una dramática y viendo cosas donde no las había? ―Debes ir. ―Susurró Ana al verla cambiar su gesto enfurecido por uno de desconcierto.

―Pero no he hecho el trabajo. ―Susurró sintiéndose patética, ¿Qué tanto le estaba afectando las cosas como para que la llevara a reaccionar así? ¿Por qué siquiera se ofendió? Ella no debería sentir nada de eso, ni siquiera conoce al hombre.

―Yo sí. ―Laura quien es la que se ocupa de la decoración y demás agrandó la sonrisa. ―Me habías hablado de esa boda de ensueño y puse todas las ideas.

―Todo está listo, solo es cuestión que vayas con él, trabajes en algunos ajustes y después reunirnos con Carlota para debatir. ―Ana se sentó a su lado. ―Tenemos que sacar el trabajo lo más pronto posible, después hay que ir comprando y eligiendo las demás cosas para posteriormente irnos a Mónaco para la organización final.

―Bien. ―Susurró Osiris, agradece que ellas jamás se juzgan ni avergüenzan a la otra en ese ámbito. ―Entonces firmen el contrato, yo lo haré en cuanto me cambie. ―Levantándose salió del comedor y se dirigió al segundo piso.

Se sentía como una tonta, ¿Cómo es que reaccionó tan irracional? Sacudiéndose todo eso de la cabeza se centró en alistarse, debe llegar temprano y ahora agradece que Ana se hiciera cargo de Izan, así ella podrá reunirse con Aiden.

―Vamos amigo. ―Kalen lo miró perplejo. ―No puedes estar de tan mal humor. ―Aiden lo fulminó con la mirada. ―La compañera ha venido a seguir con el trabajo. ―Río. ―Dijiste que la exclusividad era para ambas, ¡Está cumpliendo!

―¡Pero esa mujercita no! ―Gruñó con los dientes apretados. ―Se supone que debía estar todos los días aquí, siendo presionada por mí.

―¿Y para qué? ―Kalen se puso serio. ―Te casarás amigo, ¿Por qué hacerle esto? ―Aiden enfureció el gesto al instante. ―¿A qué estás jugando, Aiden? ¿La estás castigando por el hecho de que no pudiste encontrarla? ¿Estás dirigiendo tu enojo hacia ella porque es con quien deseabas casarte?

―¿Desde cuándo piensas tú con la cabeza de arriba? ―Le ladró cabreado. ―No te importa lo que yo haga, tengo mis razones. ―Kalen resopló.

―Si tus padres o Carlota llegaran a sospechar, estarías en problemas. ―Lo miró a los ojos con una seriedad a la que ninguno estaba acostumbrado. ―Se te caerá el mundo encima, ¿Lo entiendes? Y no solo a ti, a esa pobre mujer también. ―Se dirigió a la puerta. ―Tu padre te lo dejó en claro, no te quería ver cerca de tu exesposa y tienes órdenes estrictas de casarte con Carlota. ―Se detuvo para mirarlo. ―Esto no es como en el instituto, amigo, esta vez no puedes hacer una estupidez. El trono está en juego. ―Saliendo lo dejó solo con su ira.

Aiden maldijo por lo alto, se había obsesionado tanto con ella que ahora simplemente no puede mantenerse lejos y menos al conocer a ese chiquillo ocurrente de ojos verdes. ¿Estará viendo cosas donde no las hay solo por su obsesión? ¿Está comportándose como un idiota? Dudó por primera vez.

―Buenos días. ―Osiris entró al no obtener respuesta, Aiden quien estaba metido en sus pensamientos consumiéndose por la ira la miró. ―Lo siento, toque y usted no respondió. ―Explicó nerviosa por esa mirada intensa que se ha posado en ella.

―¿Por qué no viniste estos dos días? ―Gruñó Aiden furioso. ―¡Son las quince horas! ―Señaló el reloj de la pared.




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