Capítulo 9: Dulce Hogar

Después de la boda, Isabel y Alejandro se establecieron en una vida tranquila juntos. Se mudaron a una casa más grande, diseñada por Alejandro, con suficiente espacio para un estudio de escritura para Isabel.

La vida de casados trajo sus propios desafíos, pero también momentos de felicidad inesperada. Desde la emoción de amueblar su nueva casa hasta el simple placer de cocinar juntos o ver una película en su acogedora sala de estar, encontraron una nueva alegría en la vida cotidiana.

Un día, mientras Isabel estaba trabajando en su estudio, sintió una punzada de náuseas. Al principio, pensó que podría ser el resultado del estrés o de trabajar demasiado, pero cuando los síntomas persistieron, decidió hacerse una prueba de embarazo. Para su sorpresa, la prueba fue positiva.

Isabel salió corriendo de su estudio y encontró a Alejandro en la sala de estar, revisando unos planos de un nuevo proyecto. Con lágrimas en los ojos, le mostró la prueba de embarazo.

Alejandro la miró con incredulidad antes de que una enorme sonrisa se extendiera por su rostro. "Vamos a ser padres," murmuró, envolviéndola en un abrazo cálido y amoroso.

Los siguientes meses estuvieron llenos de emoción y anticipación mientras se preparaban para dar la bienvenida a su hijo. La noticia de su embarazo inspiró a Isabel a escribir un nuevo libro sobre la maternidad y el amor incondicional, mientras que Alejandro comenzó a trabajar en la habitación del bebé.

Finalmente, el día llegó. Isabel dio a luz a una hermosa niña a la que llamaron Luna. En el momento en que la pequeña Luna fue puesta en sus brazos, Isabel y Alejandro supieron que su amor había creado algo verdaderamente maravilloso.