Capítulo 5

Junio 23 del 2018. 

Una fecha "importante" por mis deseos y placeres... 

Te vi tan majestuosa al caminar con esos tacos rosas sencillos (parecían eliminar cada uno de mis latidos al caminar y asentar pie con el asfalto hasta llegar al vagón que solíamos frecuentar), tu pelo largo cayendo en cascada (al moverse de derecha a izquierda mientras caminabas parecía un hermoso espectáculo de agua cristalina salpicando sin control sobre pedasos de necesidad como yo), con ese vestido salmón que destacaba entre las demás (era como una luz llamando mi vista y mis ojos no rechazaban esa llamada, era imposible despegar semejante brillo de mis ventanas u ojos) y un libro entre tus manos que le daban ese toque único (como envidiaba ese libro). 

     Cuando llegaste hasta el asiento y te sentaste dabas el ejemplo de una rosa delicada pero fuerte en convicciones y principios. 

-¿Será que tú presencia desde el primer momento que te vi flechó mi corazón, desconocida?, ¿Será que me tendré que someter a esta distancia sin poder dedicarte mis versos?- no dejé de decirte esas preguntas pero claro que no me escuchaste. Cuando los últimos pasajeros desbordaron en su parada pensé en hablarte, mi corazón necesitaba complacerse. En mi interior comenzó una guerra entre los sentimientos y el conocimiento que se hallaba perdiendo la batalla. 

-Hola- me sentí tan débil al pronunciar esa palabra, no sé si fue miedo a no esperar el mismo saludo que no me dejó en paz, hasta que...

-Hola- me dijiste sonriente. Recuerdo haber cerrado unos instantes los ojos, me estaba relajando un poco, deteniendo el combate. 

-¿Que libro lees?- las únicas e ilusas palabras que me salieron. Fui un tonto, ¿verdad?. 

-El camino sigue- me respondiste sonriente. Quería ser ese libro, para ir contigo en cada momento.