II.

Sofía se despertó tosiendo. Sudaba en grandes cantidades. Se sentó en la cama sobresaltada y se escuchó un fuerte grito por toda la casa. Al instante su abuela subió a su cuarto. Ella sabía exactamente lo que le pasaba a Sofía, así que le trajo un vaso de agua y como en las noches anteriores le hablo a su nieta hasta que la pequeña pudiera de nuevo consolar el sueño.

Días antes, Sofía y Raúl habían estado viendo un programa de televisión, muy felices. Eran las tres de la tarde y el calor era impresionante, lo que los ponía mas hiperactivos. Así fue como Raúl le propuso a Sofía una pésima idea, la cual Sofía se arrepiente de haber llevado a cabo.

El plan fue el siguiente: Raúl quiso imitar un programa en el que enseñan como "guardar" bajo tierra las pertenencias mas valiosas, para después de algunos años desenterrarlas y poder revivir con ello "un millón de recuerdos" a Sofía le encantó la idea así que se pusieron manos a la obra. Raúl escogió dos de sus juguetes favoritos y los metió en una bolsa. Sofía hizo lo mismo. Cuando su abuela andaba distraída, cavaron un pequeño hoyo con una pala de juguete. Sofía escogió su juguete favorito, Henry, un muñeco vestido de verde de pies a cabeza, que a pesar de los años se había conservado muy bien, su mamá se lo había dado hace poco y como era tan importante le pareció la mejor manera de conservarlo por mucho mas tiempo; también escogió una pequeña muñequita que a pesar de ser tan bonita no tenia el mismo valor de su muñeco favorito. Raúl enterró un carro amarillo y un perrito. Los juguetes estaban en bolsas blancas, cada juguete en una bolsa haciendo el total de cuatro, Sofia les hizo un fuerte nudo a sus dos bolsas, no quería que ni agua ni tierra llegaran a tocar a sus juguetes y menos a Henry.