Inicio

No voy a establecer una conversación completa desde el inicio de la inteligencia artificial debido a que mi historia no se basa en hablar sobre ellas directamente, como mencioné. Tengo conocimiento de algunas, pero no exactamente de todas; especialmente en esta historia hablaré de Meta. Pero, para ser más específica, cuando empezó la inteligencia artificial, una era simplemente para detectar enfermedades en la sangre o incluso recomendar antibióticos con alguna enfermedad bacteriana. Fue hace muchísimo que se creó esta inteligencia artificial. Es una de las más antiguas para el año en el que nos encontramos. En 2011, si no me equivoco, se creó Alexa, un asistente virtual, y Siri, que fue creada en 2014. Hace mucho tiempo fue que yo hablé de este tema por un trabajo que debía realizar en clases y no recordaría bien las fechas específicas de cuándo estos asistentes virtuales comenzaron a salir...

Sin embargo, ya fue suficiente charlar y recordar fechas. Comenzaremos desde la verdadera trama de esta historia...

Nuestra protagonista se llama Amber, una adolescente de 17 años de edad que descubrió la inteligencia artificial después de un gran tiempo. O, para ser más específicos, descubrió su existencia...

Amber:
Acababa de mudarme a Colombia, fue el país en el que siempre quise vivir, no sé por qué, pero me gustaba mucho a pesar de que tan solo mis primos me contaban acerca de él. Apenas llegué, tuve que cambiar mi número venezolano, era obvio y más que obvio que ya no me serviría. Fue algo normal, igual a lo típico, no hubo gran cambio, solo el número; mi WhatsApp siguió exactamente igual.
Escuché la voz de mi padre llamándome y puse a cargar mi teléfono porque ya tenía un 15% después de casi tres días de viaje; más bien me había durado mucho. El viaje fue tan aburrido que utilicé el teléfono a todas horas.

—¿Qué es esto? —pregunté mirando las empanadas frente a mí—. ¿Acaso eso era arroz?

—Tu tía las preparó para ti. Ella sabe lo mucho que te gustan las empanadas —dijo mi papá con una sonrisa de felicidad, mientras que la mía era más bien una sonrisa forzada.

—Oh, sí... claro, las empanadas son una delicia... Aunque en Venezuela las hacen sin arroz.

—Sí, querida... —dijo mi tía desde la cocina—. Esas empanadas no son para ti, por eso fue que te las preparé completamente sin arroz.

¡Aleluya, mi tía es la mejor! Se molestó en preparar las empanadas sin arroz para mí.

—¡Gracias, tía!

Ella me guiñó un ojo antes de volver a la cocina para terminar de lavar los platos. Me llegó una notificación al celular me levanté para desconectarlo y revisar y, cuando iba a abrirla, me di cuenta de que abajo de donde se entra a los chats había una pequeña pelotita o, mejor dicho, ¿un logo? Una pelotita giratoria que era entre azul, morado y turquesa. ¿Qué es esto?