Lauren entró a la sala fúnebre donde tenían a su esposo que había muerto. Tenía su cabellera rubia amarrada con una cola baja, su rostro sin maquillaje y usaba un sencillo vestido color negro. Su corazón se encogió cuando percibió el aroma de las flores que vestían cada rincón de aquel lugar; al observar el ataúd al fondo de la sala sintió que un gran abismo se abría en su pecho y un fuerte sentimiento de negación la invadió con fuerza.
"Jeremy no puedes estar muerto, ¿cómo pudiste dejarme?”
Pensó mientras sus ojos se llenaron de lágrimas, se quedó parada en el umbral de la puerta por un momento, luego caminó hacia el ataúd. Su hermana Sasha iba con ella.
Reymond, quien era el abuelo del difunto, tenía una gran aflicción en su rostro; su nieto favorito y heredero había muerto, él estaba desbastado, Megan la hermana de Jeremy se percató de la presencia de Lauren y dijo a su familia:
—Miren quién llegó, ¿cómo se atreve esa sirvienta a aparecerse por aquí a causarnos vergüenza? —Ethan su primo Respondió:
—Era su esposa, es evidente que vendría. —La sala fúnebre estaba full de gente del círculo social de la la familia, todos observaban a Lauren como si se tratara de una atracción de circo, pues se había regado la voz por toda la ciudad que Jeremy en un arranque de locura se había casado con una joven que había conocido semanas atrás, dejando a su prometida de años plantada casi en el altar, pues Bridget, una hermosa heredera de la familia Smith, ya tenía listo el ajuar de la novia, las invitaciones para la boda estaban por repartirse en pocas semanas. Nadie comprendía cómo el perfeccionista y calculador Jeremy Remington había tomado semejante determinación de casarse con una mujer de tan baja categoría, porque Lauren no era rica, no tenía modales de princesa y era una empleada de la familia. Algunos comentaban que quizás se había casado con Lauren porque la había embarazado, pero eso no era una razón de peso para que dejara plantada a Bridget; los padres de la joven estaban muy ofendidos por la burla.
En la sala fúnebre Reymond con todo el odio que le salía de su arrogante alma se levantó con el ceño fruncido y delante de todos los presentes le dijo:
—¿Cómo se atreve a venir a este lugar? no tiene nada que hacer aquí, váyase por donde vino.
Lauren al escucharlo se sintió un tanto peor de lo que ya estaba. Sasha, quién le tenía mucho miedo de la familia con una voz pusilánime le dijo:
—Mejor vámonos Lauren, antes que nos echen.
—Tengo que verlo.
—Pero sabes que no puedes verlo, su cuerpo está… calcinado.
—Necesito quedarme aquí a su lado y llorar.
Ella desvió la mirada y sus ojos se toparon con los de Ethan que estaban junto a la familia; él era primo de Jeremy y apoyaba su matrimonio con Lauren. Ethan para ablandar la situación comentó:
—Abuelo recuerda que ella era la esposa, no puedes impedir su presencia. —Megan con un mirada cargada de dureza agregó:
—Esa trepadora no tiene derecho de estar aquí, todos conocen que se casó con él solo por su dinero y su posición social, seguramente tenía pensado sacar muchos beneficios para su familia muerta de hambre. —Ethan insistió:
—Era la esposa, no sigas con el escándalo Megan, compórtate.
—Aquí la única que tiene derecho de estar presente es Bridget, su verdadera prometida, la mujer que mi hermano siempre amó, no esa que le dio quién sabe qué brujería y lo hizo perder la razón, porque un heredero como Jeremy jamás se casaría con una mujer como ella si no fuera bajo un hechizo. —Sasha al oír las duras palabras que comentó Megan, le dijo a Lauren:
—¿De verdad piensas quedarte después de todos estos insultos y humillaciones?
—Solo desearía quedarme un poco más.
—Pero no puedes, te odian, todos te miran con enojo, sabes que esta manada es superior a la nuestra. Mejor vámonos, después vas a su tumba cuando no haya gente.
De pronto Ethan se puso de pie y fue afuera a consolar a Lauren y llevó al par de mujeres a la mezzanina y se sentaron a beber un té mientras charlaban un poco.
—Lauren, siento mucho lo que te ha hecho mi familia.
—No te preocupes —Dijo con la voz apagada—. Quizás fue atrevido de mi parte incomodarlos.
—No, como su esposa tienes tanto derecho como nosotros de despedirte de él.
—Ya me voy, después iré a su tumba a llevarle flores. —Él le agarró la mano y la miró fijamente a los ojos.
—Quiero que cuentes conmigo, como un amigo.
—Gracias Ethan.
***
Bridget llegó a sala velatoria y no quería apartarse del ataúd, lloraba por Jeremy como si ella fuera la viuda. Sus padres estaban con sus rostros serios y tenían vergüenza porque todos comentaban que a su hija la había plantado su prometido.
Su padre, el señor Petter se acercó a Bridget y la agarró del brazo.
—Vamos hija, volvamos a casa. —Ella levantó su quebrantado rostro y lo miró con sus ojos llorosos.
—No papá, quiero estar aquí.
—Vi a su esposa en la mezzanina.
—Ella no es nadie.
—Todos saben que él se casó con otra.
—Me rehúso a aceptarlo, Jeremy siempre me amó, me decía que yo era su princesita, su muñeca.
—Si te hubiera amado no se habría casado con otra. —La jaló del brazo y la sacó de la sala, Megan los siguió hasta el pasillo.
—¿Por qué se van? —Petter con el rostro serio respondió:
—Nos vamos a casa, mi hija no tiene nada que hacer aquí.
—Bridget tiene derecho de permanecer junto a Jeremy en su funeral.
—No es así, todos aquí conocen perfectamente que es su esposa la que tiene que estar frente a ese ataúd llorando su muerte.
Estoy segura que Jeremy habría preferido que Bridget lo hiciera.
—Jeremy demostró que mi hija no tenía ninguna importancia para él.
—No se vayan
—No Megan, no pienso permitir que Bridget siga doblegando su orgullo delante de toda esa gente que nos conoce, ustedes son los que deberían sentirse avergonzados, nosotros no tenemos por qué hacerlo. Vamos a casa Bridget.