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¿Por qué no has vuelto? 

Han pasado tres meses desde que te fuiste y no he tenido noticias de ti, no me has llamado. 

Pero, ¿por qué me has bloqueado de todas las redes sociales? También me enteré que has cambiado de número. 

Cariño, quisiera que si vuelves me disculpes, no fue mi culpa, pero aún así me siento culpable. Tu mejor amigo, Héctor, me ha besado. 

¡Demonios! Me quise resistir, pero estoy dolida, te has ido y simplemente le seguí el beso. No pasó más que eso porque se detuvo. Aunque si el no se detenía podría haber pasado mucho más. 

Me ha confesado que le gusto y que fuiste un idiota por irte y por dejarme. 

Esto sucedió hace un mes. Ya no ha intentado hacerlo más, pero me ha ayudado a mejorar, me hace reír, me hace sentirme realmente bien. Pero siento que lo lastimaré porque tu sigues en mi corazón y tengo la esperanza de que volverás. 

Ayer me llevó a comer helados, justo a la heladería que fuimos el día de nuestro primer mes de novios. 

— ¿De que pedirás tu helado?— Te pregunté sonriendo.

— Hmmm.— Pusiste un dedo en tu barbilla y levantaste una ceja pensativo.— Lo pediré de limón.

— Eso es trampa.— Te dije cruzando los brazos como una niña pequeña e hice un puchero.

— ¿Por qué? Durante un mes me has hecho probar tus limonadas, es tu culpa que te quede tan delicioso y que ahora quiera probarlo en helado.—Me miraste.—Aunque sabría mucho mejor si lo hicieras tu.— Te sonreí. 

— Esta bien. Dos helados de limón por favor.— Pedí. 

Luego nos fuimos a sentar y a disfrutar de nuestro helado juntos y a celebrar nuestro primer mes de novios.

No tienes idea de cuanto te extraño, ni de cuanto pienso en ti. 

Sólo que ayer no pedí de limón, pedí de chocolate. Dicen que sirve para un corazón dolido, pero solo me trajo aquel recuerdo y me empezó a doler mucho más que antes.