Capítulo 14: Absorción

Nos estábamos moviendo por la ciudad, Alba me cargaba en su suave y peludo lomo.

Ella iba saltando de edificio en edificio con el único fin de evitar a los mungarkers de la calle, la cual estaba repleta de ellos, en cantidades incontables.

- ¿¡Puedes ir más lento!? - grité, me estaba mareando por la gran velocidad en la que íbamos.

- ¡Tenemos que llegar rápido si queremos juntarnos con mi amo! - dijo Alba.

Sentía unas grandes ganas de vomitar, yo no toleraba moverme en grandes velocidades de forma agitada, ¡Menos en una semihumana lobo! Para ya... por favor...

Mi rostro se estaba tornando color verde a cada rato, intentaba aguantar las ganas de vomitarlo, pero sentía que si seguía así, lo terminaría expulsarlo todo.

De repente Alba saltó y aterrizó en una de las calles; agachó su cabeza al suelo y empezó a olfatearlo, al parecer ya había encontrado algo, una anomalía, osea, la raíz del sur.

En realidad no sabía a que nos enfrentábamos esta vez, no me ha tocado ver los mungakers contra los que se han enfrentado los demás, me pregunto si lograremos llegar a la raíz.

Empecé a sentir el cuerpo de Alba vibrar, no sabía que significaba eso, pero daba miedo pensar si se tratará de alguna forma de mungaker peligrosa, o algo así. Alba tenía la cola levantada, la agitaba lentamente hacia arriba y abajo repetidamente; ¿Estará nerviosa tal vez?

- Huelo a... raíz... - dijo Alba apuntando a una cueva debajo de una calle, además de estar hundida en una pila de escombros. No solo tendríamos que pelear contra los mungarkers, también tenemos que quitar los escombros si queríamos llegar ahí.

- Que mal, tendremos que quitar una gran pila de escombros - En realidad no quería hacerlo, podría fácilmente usando hechizos, pero eso disminuiría mi cantidad de energía límite; tengo que pensar en una forma de moverlos sin usar mucho "Tangled Roots".

- Uno, dos... no... - decía Alba con una mirada determinada en los ojos, pero al instante esta desaparecía apuntando al suelo.

Alba parecía querer encarrilarse... ¡Ahora que lo pienso!, ella es capaz de romper parte de las rocas con sus colmillos, pero... eran demasiadas para ella, tendríamos que reducir con anticipación la cantidad de rocas que había. Podré usar mi hechizo de "Tangled Roots" para disminuir la pila de escombros.

- Alba, espera a que use mi hechizo, después de eso, destruye el resto de las rocas - dije yo, pidiéndole a Alba que esperara mi señal. Ella me miró y me dijo - Está bien - Alba estaba convencida al igual que yo, que el plan iba a funcionar.

Cerré mis ojos, sin nada más que concentrarme en lo que tenía al frente, podía sentir gracias al poder de las plantas las rocas que habían. En realidad, no puedo usar mis poderes sin tener alguna planta en el entorno; otra alternativa era que necesitaba tener tierra cerca y algo de humedad. La poca humedad del entorno hacía que fuera imposible crecer plantas por la zona; pero si tenía suerte, con que un solo trébol sea capaz de crecer aquí,  podía usar el hechizo para crear raíces.

- ¡Plantae Spell! ¡Tangled Roots! - Tras realizar el conjuro, unas raíces surgieron del suelo, destrozando parte de la calle, estas tomaron las rocas más cercanas y las iban retirando del camino, abriéndole paso a Alba para que pudiera romper las pocas que habían cubriendo la entrada.

Alba se encarreró y abalanzó contra las rocas, usó una poderosa mordida para quebrantarlas por completo, dejando que sus cenizas salieran volando en el aire, una de las raíces me cubrió para evitar que el polvo entrara a mis ojos. Cuando pude ver, la entrada estaba completamente despejada, no teníamos nada más que hacer, solo entrar y esperar ordenes. 

- Bien hecho Alba - dije yo, ella repentinamente deja su forma de lobo y cambia a semihumana.

- Jeje, gracias - Alba se veía muy contenta, le debió agradar haber recibido halagos de parte mío. 

Ambas no metimos dentro de la cueva, esta era demasiado húmeda, puedo decir que de aquí provino la humedad que me permitió usar el hechizo sin problemas, que bueno. En la cueva habían grandes cantidades de cosas espesas y pegajosas, probablemente uniones entre las distintas vainas que habían en las zonas más cercanas de la ciudad; era completamente asqueroso y aterrador, creo que por eso Alba decidió volver a su forma semihumana con el único fin de caminar usando botas, evitando pisar tales cosas.

De repente, empecé a escuchar una especie de pitido, de esos que podrían advertirte de algo, pero en este caso, provenía del comunicador de larga distancia que nos proporcionó el profesor Nakamura. Tomé el comunicador y activé la llamada.

- ¿Están cerca de la zona? - era la voz de él, es posible que ya hayan llegado a su zona respectiva.

Oprimí uno de los botones del comunicador para responder - Aún no, nos faltaba mucho por recorrer.

- Uhmm, bueno... pero apúrense, Chiko e Izumi ya llegaron allá, necesitamos que ustedes también.

- Descuide profesor, lo tendremos listo dentro de poco.

En realidad no sabía cuanto íbamos a tardar, ahora tendríamos que trabajar de forma apresurada, el tiempo se nos acababa. Solo espero que la raíz no estuviera lejos.