Una triste despedida

Veía a James cada vez menos, pero lo comprendía ahora con su papá inconsciente y al estar a cargo de la compañía tenía muchas más responsabilidades que cumplir.  La última vez que lo vi lucia triste y agotado, no había nada que yo pudiera hacer para ayudarlo al fin y al cabo yo solo era una simple empleada. Solo me quedaba esperar a que viniera a mi, si, se que fui egoísta al pensar así pero me sentía impotente e inútil, me sentía tan insignificante que ya no sabía que pensar. Ahora me arrepentía a cada minuto no haberle expresado mis sentimientos cuando tuve la oportunidad de hacerlo, lo rechace sin más, por temor a los demás, sin pensar en el y eso me carcomia el alma. 

Pasaron varios días que no veía a James, su mamá también estaba devastada con todo lo que había pasado y en medio de su tristeza y desesperación; aprovechó la oportunidad y me echó, sabía que sucedería tarde o temprano, sabía que por alguna razón esta señora me odiaba tanto y que se desharia de mi. ¿Porque? No lo sé talvez por qué era hija de un vagabundo, o por ser pobre o talvez porque no tenía nada para ofrecerle a su hijo que mi profundo amor; no lo se, solo espero que algún día ella no se arrepienta igual que yo en este momento.

No podía contradecirla al final de cuentas ella era la jefa y yo debía obedecer. En un momento sentí mi corazón romperse en mil pedazos me aterraba pensar que perdí toda la oportunidad de confesar mi amor, todo había terminado, de seguro James me olvidaría junto con todos los momentos que pasamos juntos, pero... era mejor así no quería ser una carga para el. Así preparé mis cosas y antes de irme... decidí escribirle una carta expresando mis sentimientos y la dejé debajo de su puerta. Luego con el corazón en las manos me despedí de la casa que fue mi refugio durante todos esos años. Con la única finalidad de desaparecer para siempre de su vida, de sus vidas y borrar los de la mía. Y si por alguna razón regresaba, sería como una persona exitosa para así demostrarles a todo el mundo que se habían equivocado al menospresiarme, así nadie podría juzgarme de nuevo, así demostraría lo capaz y brillante que puedo llegar a ser. 

Deambule por las calles por unos días. Hasta que una amiga se ofreció a acogerme en su hogar por un tiempo, claro tampoco quería ser una carga para ella. Así que busque sin sesar trabajo, necesitaba dinero para rentar un departamento. Seguí asistiendo a la escuela por unos días más. Hasta que mi profesor de arte me propuso ingresar en una academia de artes. Dijo que había personas interesadas por mi talento y que estaban dispuestas a pagar mis estudios en esa academia y creían firmar un contrato conmigo como aprendiz en una empresa  de entretenimiento aunque para eso tendría que mudarme a la ciudad vecina.

Acepte sin pensarlo dos veces, era justo la oportunidad perfecta que necesitaba, tan solo así podría construir una nueva vida desde cero lejos de este lugar en donde nadie me conocía y algún día volverme tan exitosa o incluso más que la familia de James. Aunque el dolor era inmenso y sabia que me llevaría mucho tiempo superarlo, no era algo que pudiera borrar en uno o dos días, así que alejarme y mantenerme ocupada era lo mejor. 

Enseguida viajé a la ciudad vecina y luego de firmar el contrato me establecí en ese lugar, no fue para nada fácil acostumbrarme tenía varias horas de práctica de canto y baile al día además debía tener una dieta nutritiva y sin grasas pues debía mantener mi apariencia delgada. Si, fue difícil pero finalmente me acostumbré, y dejé atrás mi vida anterior ahora solo podía pensar en mi futuro como artista.

Después de un año y medio de tanto practicar y practicar se decidió que había llegado la hora de lanzar mi primera canción la cual fue todo un éxito tuve muchas giras y presentaciones así como entrevistas y ruedas de prensa por muchos lugares.

Me volví tan brillante que a veces extrañaba tener un poco de oscuridad cerca de mi. Logre lo que tanto había soñado, lo tenía todo pero... por alguna razón sentía que no tenía nada.