Capítulo VII

Despertaron temprano y Alea los guió hasta el final del laberinto.

-Yo no puedo seguir, el resto debéis hacerlo solos -ellos asintieron- suerte -y le dieron las gracias antes de ver cómo se alejaba.

-Lo hemos conseguido... -susurró Trazzy-.

-¡Sí! -Tren la besó de la emoción- claro que lo hemos conseguido. Te dije que lo conseguiríamos, te prometí que lo haríamos, y juntos; y así ha sido -la atrapó por la cintura y la pegó a él.

-Lo sé, nunca dudé de ti, pero aún no me lo puedo creer -se rió cual tonta y lo besó de vuelta- pero... ¿Cómo sabemos que la puerta se abrirá? -le preguntó pasando sus brazos por el cuello del chico.

-No lo sé, pero algo haremos para que se habrá, ya verás. Si hemos podido llegar hasta aquí, hasta el final, podemos salir.

-¿Y si no nos gusta lo que hay detrás? ¿Y si es peor que el lugar en donde vivíamos?

-Entonces sobreviviremos. Ya sabes que no voy a dejar que te pase nada -la estrecho contra sí.

-Bien..., pero aún no quiero salir. Quedémonos aquí un ratito, este sitio es bonito y apenas hemos estado en él...

-Vale -se sentó contra la puerta y a ella la sentó en su regazo de cara a él- ¿estás contenta?

-Mucho, estoy emocionada y excitada y eufórica y... Madre mía -volvió a reír y, esta vez, él también rió- me encanta poder estar así contigo... -suspiró al cabo de un rato con la cara escondida en su cuello y le dejo un beso húmedo en la zona.

-Y a mí -la separó un poco y la beso haciendo que sus lenguas, después de tanto tiempo, pudieran jugar con tranquilidad.

Volvieron a separarse para respirar y ella añadió- ¿crees que ahí fuera habrá algo que merezca la pena? No quiero que todo lo que hemos conseguido fuera en vano...

-No lo será -la besó- creo que estaremos en un lugar al fin normal en el que poder vivir tranquilamente.

-Trent... -lo miró fijamente a los ojos.

-¿Sí? -respondió él.

Trazzy iba a decirle algo cuando las puertas comenzaron a abrirse. Entonces cambió de opinión y lo avisó- las puertas, se están abriendo -él miró hacia atrás y confirmándolo y se levantó junto a ella, preparados para llegar a su supuesta libertad.

[...]

Lo que vieron al otro lado no era, ni de lejos lo que se esperaban.

El nuevo gobernador, junto con seis de sus guardias. Estaban aplaudiendo cínicamente.
Por instinto Trent, se puso delante de Trazzy.

-Tranquilos -rió el gobernador- yo no voy q haceros daño. Tan solo os explicare como está la situación:
>>Solo 15 de cada 100 personas que intentan salir lo consiguen. Si lo que hay al otro lado no les gusta, siempre pueden volver a un sitio seguro.
>>Vosotros habéis desobedecido las órdenes, habéis roto las reglas y ahora pagaréis las consecuencias.
>>Una vez estéis fuera, no se os permitirá volver. Lo que se resume en que no durareis vivos más de un mes.

Ambos se miraron, y luego miraron al gobernador como aceptando lo que les decía y aliviados de que no los mataran allí mismo. Estaban seguros de que lo que había ahí fuera no sería peor que lo que ya habían pasado.

[...]

-No te fías de ellos, ¿verdad? -le pregunto Trazzy sentada en su nueva cama.

Trent estaba a su lado y mantenía un brazo apoyado en los hombros de la chica- no, esto parece el lugar del que hemos salido. Todo es... demasiado perfecto. No me creo nada, y menos que el camino hasta aquí haya sido tan corto y sin peligro. Además, el pueblo está rodeado por una muralla de tres metros de alto y no tiene ninguna puerta para acceder al exterior. Eso no es normal -la adolescente lo miró con asombro.

-Así que eso has ido a hacer antes, comprobar si también podíamos escapar de aquí -suspiró- escucha: puede que esto no sea perfecto, puede que escondan algo, pero mientras no nos del motivos para crees que tenemos que irnos deberíamos darles una oportunidad. Si vemos que es como Danthersmount nos iremos, ¿vale? Pero mientras tanto intentemos tener una vida normal aquí, con ellos. No llevamos ni doce horas y ya los estás juzgando. 

-¿Te parece mal que tome precauciones para protegernos? ¿Y si esto resulta ser como la casa del viejo? Aquí hay mucha más gente -dijo algo molesto.

-Sabe que no me molesta, es solo que acabamos de llegar. ¿Y si resulta que tienes razón, que todos ellos son unos trastornados que quieren asesinarnos? ¿Crees que lo más sensato es levantar sospechas vigilando la zona como si fuera la de otro planeta según acabas llegar? ¿Y si alguien te ha visto y ahora planean algo peor?

El chico bajó el brazo hasta su cintura y la atrajo más hacia sí- no podemos confiar en nadie, lo sabes ¿verdad? -ella asintió- bien..., ahora vamos a relajarnos y descansar -ambos se echaron hacia atrás en la cama y Trazzy apoyó su cabeza en el pecho de él.

Se quedaron en silencio un buen rato hasta que Trazzy decidió sacar cualquier tema del que hablar, y no se le ocurrió otro mejor que ellos dos.