Capítulo X - Parte II

[MISMA NOCHE]

12:00 p.m. - Trent.

Estaba en el tejado. Tenía suerte. Aquel lugar le daba visión sobre todos os edificios importantes. Apuntaba las horas de entrada y salida de la gente todas las noche desde que habían hablado con Angie por primera vez. Todo eran rutinas, no había nada que no estuviera preparado ya.

No se fiaba de la chica que hacía ya rato se había llevado a su novia a la armería pensando que no las veía, pero sí que lo hacía. Al fin salían, pero algo iba mal. No se volvía a casa, sino que parecían ir a la de Angie.

Bajó del tejado y se dirigió a dicha casa. Estaban entrando y, sin hacer ruido, las siguió. Entraron en el sótano y él, por precaución, se quedó escuchando detrás de la puerta. Lo que escuchó confirmó sus sospechas, pero no sabía cuando aquella loca haría lo que tenía planeado. Necesitaba entrar en escena cuanto antes.

Pensó en qué hacer, pero la presión que tenía encima no e dejaba pensar con claridad y tener buenas ideas. Se obligó a sí mismo a relajarse y entonces lo escuchó: pasos. Rápidamente se alejó, justo a tiempo antes de que la puerta se abriera. Angie se dirigió al salón, pero no se quedó allí sino que lo atravesó haciéndolo escuchar la puerta abrirse y, a los pocos segundos, cerrarse con un nuevo golpe. Miró la hora: 12:45, seguro que no tardaría mucho en volver, tenía que darse mucha prisa.

Sin perder más tiempo bajó las escaleras del sótano, cogió un cúter que encontró en una mesa llena de trastos y se acercó a Trazzy. Esta se sorprendió, pero no se movió ni un poco mientras su novio cortaba las cuerdas que la aprisionaban. Una vez libre lo abrazó intentando mantener la calma mientras lágrimas seguían brotando de sus ojos.

-Está loca -habló por por primera vez- está loca ella quiere...

-Lo sé -la cortó él- lo escuché todo.

-Sabía que vendrías a por mí, que no me dejarías sola con esa psicópata. Siento no haberte creído, pero nos ha ido tan mal que me aferraba a que este lugar era bueno, no quería ver la realidad. Pero esta noche he oído tu vocecita en mi cabeza, ella me lo advertía. Yo quería irme, pero en el momento en el que quise, cuando me di cuenta de que todo lo malo volvía a ser real, me bloqueé y no pude.

-Shh... Tranquila, no pasa nada, jamás voy a dejarte sola. Ahora estás bien, estamos bien y eso es lo que importa, pero hay que salir de aquí cuanto antes, así que vayámonos ya -asintió lentamente y ella lo imitó.

Cogidos de la mano corrieron escaleras arriba, pero ya no tenían escapatoria, estaban atrapados.