Prólogo

Las fiestas decembrinas suelen ser un tiempo de felicidad, pero para Elena y su madre, Dakota, cada Navidad es un recordatorio cruel de lo que perdieron. Marck Pierce, esposo y padre ejemplar, murió en un accidente provocado por un conductor ebrio, dejando tras de sí un vacío imposible de llenar.

A pocos días de cumplirse cuatro años de su partida, madre e hija intentan salir de la rutina del dolor.
—Abrígate bien, mi amor, el frío afuera es intenso —susurra Dakota, con una voz quebrada que apenas logra disfrazar su lamento.

Elena, con apenas ocho años, sonríe bajo su abrigo rosa, intentando contagiar a su madre de la ilusión que aún late en su corazón. Pero la tristeza de Dakota es más fuerte: su rostro se arruga, las lágrimas brotan y el recuerdo de Marck la derrumba frente a su hija.

—¡Mami, no llores! —implora Elena, abrazándola con fuerza, como si pudiera sostenerla en pie.
El silencio de la casa se llena de sollozos, pero también de un abrazo que promete resistir. Porque, aunque la oscuridad los rodee, ese mismo invierno guarda un secreto: la posibilidad de que un árbol de Navidad vuelva a encender la esperanza.

***

Hola, hola preciosillas...

He vuelto y vengo con una historia preciosa que, les encantara.

Ya ella estuvo en esta plataforma, pero regresa a donde pertenece y de donde nunca debio salir.

Espero que tod@s l@s preciosill@ que no la han leido, disfruten de ella. Tiene algunos retoques mas que todo al final.

Un abrazo para todos.

Les aprecio... Katia Parra.

PDT: Me disculpo por abandonar, pero he tenido ultimamente muchos problemas para escribir...

Besitos